El maratón de Boston.
El problema de las películas basadas en hechos reales, más aun cuando se trata de hechos trágicos y recientes, es como esos hechos, conocidos por todos, pueden afectar el resultado artístico de la obra. Día del atentado cuenta lo ocurrido durante el maratón de Boston en el año 2013, cuando dos hombres hicieron explotar dos bombas caseras al costado del último kilómetro de la carrera. El maratón de Boston, que se corre en lunes feriado de Patriot´s Day, es el maratón más antiguo en actividad que hay en el mundo y uno de los eventos de dicha disciplina más importantes que existen. Atletas de todo el mundo participan de esta carrera a la que solo se puede ir clasificando por tiempo o por invitación. El atentado, que costó varias vidas, desató una búsqueda veloz de los culpables que también se convirtió en parte de la historia. ¿Pero había en este evento una película que valiera la pena contar en forma de ficción? La respuesta que da Día del atentado es que sí. Por supuesto que la historia es interesante, dolorosa, impactante, pero el cine de ficción tiene reglas y no todos los eventos, por más importantes que sean, se convierten en un gran film. De hecho, hay cientos de ejemplos de cómo se hacen malas películas con grandes historias. Peter Berg, un director con algunos buenos films en su haber, tuvo que aunar dos guiones: por un lado el lado dramático de la historia y por el otro la trama policial. Para completar la efectividad, el personaje protagónico de Tommy Saunders (Mark Wahlberg) es un personaje de ficción que reúne a varios policías de la vida real que formaron parte de los eventos. Esa decisión demuestra cuanta importancia le han dado a la construcción cinematográfica sin traicionar el espíritu de la historia. El drama es intenso, impactante, y Berg no es pudoroso a la hora de describir la dureza del momento del atentado. Pero la trama policial es la que hace la diferencia. La película no tiene una o dos escenas de suspenso, sino muchas, y todas son de una tensión muy alta. Sepa el espectador algo sobre la historia o la ignore por completo, el relato es apasionante. No hay manera de distraerse, el ritmo del film no le impide ser muy dramático, al contrario, pero está claro que es lenguaje del cine de género lo que le permite cumplir con objetivo de hacer una gran película. Pasó muy poco tiempo desde aquel día trágico, pero la respuesta de la ciudad de Boston fue tan contundente que ya se pudo hacer una película (más de una en realidad, porque Stronger, otro film sobre el atentado ya fue filmada) sin que sea una herida abierta. La solidez de los actores, la habilidad para reconstruir aquellos eventos, el pulso para el drama y la acción policial hacen de Día del atentado una película impecable, sin fisuras. Si Día del atentado no fuera tan buen policial, seguramente sería una película pesada, solemne, sentenciosa. Pero si no fuera tan dramática, tan contundente y tan clara en los eventos que toma, sería una película de acción algo irresponsable. Es saludable que la película elija la fusión de ambas cosas, porque consigue con creces que ambos aspectos se potencien mutuamente.