La película protagonizada por Mark Wahlberg se basa en el ataque terrorista de la maratón del Día del Patriota en Boston.
Cada vez más la realidad se impone e inspira relatos basados en hechos reales. Si tenemos en cuenta que en lo que va de 2017 se han perpetrado más de 20 ataques terroristas en diferentes países del mundo, no asombra que el terrorismo se haya convertido prácticamente en un género cinematográfico.
Día del atentado cuenta la historia del ataque terrorista durante la maratón del Día del Patriota en Boston, Estados Unidos, el 15 de abril de 2013. El tema, controvertido y delicado, nos lleva a preguntarnos si no será demasiado pronto para ficcionalizar un hecho tan dramático que, por otro lado y en términos de narración cinematográfica, sólo funciona si no se tienen tan presentes los hechos. En este caso, la utilización de imágenes reales le quita espectacularidad a la ficción y delata una intención más cercana al simulacro o a la reconstrucción cronológica de los hechos que a una puesta en escena.
Policías, militares, políticos, civiles y maratonistas se ven representados como parte activa de una comunidad y de un "nosotros colectivo" de personas que tienen en común no sólo esta tragedia compartida, sino un orgullo y una unión bostoniana que resultará potenciada, según el director, gracias a este ataque.
Es precisamente en ese último punto donde reside lo interesante de esta película, que no descansa en los lugares comunes sino que destaca la pluralidad de los protagonistas y logra correr el foco de "un otro" como potencial amenaza a un otro solidario y presente.
Interesantes resultan, asimismo, los momentos en los que se muestra a la policía equivocándose y en shock, a los militares abrumados y a los políticos en pánico.
En un momento alguien le pregunta al personaje que encarna Mark Wahlberg (policía local) si él piensa que el ataque podría haber sido evitado. Él responde: "En esta guerra del Bien contra el Mal, del amor contra el odio, la única manera que tenemos de defendernos es el Amor. Es lo único que no pueden tocar. Podemos buscar a los responsables, agarrarlos y matarlos y aun así nos atacarán. Tenemos bombas al lado nuestro y es el amor el que nos alimenta y la única manera en la que podemos ganar".
Buen epílogo para esta película patriótica que reacciona al terrorismo con una suerte de impotencia desapasionada, calma y hasta resignada ante muy probables futuros ataques y que descansa en el amor y la solidaridad.