Demasiada mujer para tan poca película…
Lo que le falta a este film es lo que le sobró a la princesa Diana…corazón. De todas las cosas que se dijeron, y se podrán decir de Lady Di, es innegable que tenía un espíritu inquebrantable y una convicción que podía llevarla a exponerse a un campo de minas (desminado, pero con riesgo de muerte incluido) para defender la causa por la que luchaba.
Conocida en su momento como la mujer más famosa del mundo, realizar una película sobre ella no parecía una tarea fácil… y definitivamente no lo fue. Ni el director de La Caída ni la excelente actriz Naomi Watts pudieron hacer nada con estas dos horas de largometraje, sólo preguntarse si habrá valido la pena siquiera intentarlo.
Nunca vemos a Diana en pantalla, es decir, por más que el peinado sea parecido, que la ropa sea la misma, el andar y el caminar sugerentes también, siempre vemos a Naomi interpretando. Los diálogos pretenden transmitir “cosas importantes” pero está claro que alguien se olvidó de decir a los actores que deberían utilizar otro tono, otra impronta, y al final nos queda la misma sensación que muchos tuvimos cuando supimos la noticia de su muerte: un vacío difícil de llenar...