El amor en la era analógica
Todo fluye agradablemente en esta comedia romántica de nueve corazones: la historia, los personajes, los diálogos, las situaciones, también la música. Parece mentira, pero una sola persona ha escrito los diálogos y los enredos, que son deliciosos: el propio director Gabriel Nesci, que tiempo atrás se lució con la serie «Todos contra Juan», y ahora se luce debutando en el largometraje.
El esquema y los caracteres responden a las características del subgénero de amigos compartiendo los vaivenes de sus respectivas vidas amorosas y profesionales, mientras otras tantas mujeres la tienen clara y deciden lo que corresponde (a su conveniencia). A diferencia de ciertas comedias norteamericanas, ellos no se niegan a crecer. Simplemente, todavía no logran pegar el estirón a su gusto. El tiempo pasa, y amenaza pasarles por encima. También las mujeres.
Así vemos al joven representante de un cementerio privado con vocación de compositor de jingles y melodías pop, que en vísperas de casarse con una buena chica se deslumbra con una cantante comehombres. Que acaba de largar al llorón de su novio, comentarista radial con una gran colección de vinilos y una gran amistad con la pareja en vísperas de casarse. Y vemos a un guionista que no llora, pero se arrastra por el suelo evocando un amor perdido mientras una flaquita vivaracha se le acerca para levantarlo y quitarle las ojeras con unas cremas adecuadas. Y al líder de una banda tributo que no quiere caer en el mismo error del líder de la banda original, ni seguir perdiendo en los concursos de banda tributo. ¿Pero qué hacer, cuando el error llama a su puerta con unos muslos preciosos?
Otra pregunta: ¿dónde se habían visto, quién sabe cuándo, el guionista deprimido y la flaquita vivaracha? No lo recuerdan. Cuando uno de los dos lo sepa, sabremos por qué en las comedias románticas los tipos corren como tontos y declaran como pavotes su amor en público de la manera más ridícula y tierna que pueda imaginarse. Pero desde un primer momento la flaca tiene la respuesta. Y eso que solo parece una simple vendedora de cosméticos.
El reparto se completa con el mencionado amor perdido y con un fulano que cree saber lo que el público quiere. Cada aparición suya es regocijante, y la última, junto a los créditos finales, da la clave. Sobresalen Fernán Mirás, Inés Efron y Maricel Alvarez (la de «Biutiful») pero el resto también está muy parejo y divertido: Pauls, Peleritti, Sbaraglia, Spregelburd, Toselli, Emilia Attias y Akemi Nakamura. Producción, Sudestada Cine («La Tigra, Chaco», «Juntos para siempre», «Solos en la ciudad») con Patagonik («Un novio para mi mujer», «Igualita a mi», «Extraños en la noche»), buena junta. Título de rodaje, «Todo lo que necesitas es amor», versión castellana de una vieja y conocida canción inglesa.