Cuatro amigos nos cuentan el amor por el vinilo, en el medio de todo esto se encuentra: amistad, amor, frustraciones, sueños y el miedo a madurar. Logra entretener, divertir y emocionar.
Esta es la historia de cuatro amigos a partir de su infancia, ellos son: Damián, Facundo, Luciano y Marcelo, desde aquella tarde que les cayeron ciento de discos de vinilo como caídos del cielo, comparten el fanatismo por el rock clásico. Todo se revoluciona cuando pasan los años y uno de ellos luego de diez años de convivencia decide casarse .Facundo (Rafael Spregelburd) su deseo es ser compositor, pero trabaja en un cementerio privado y allí prepara jingles, y Karina (Maricel Álvarez) su pareja, trabaja como productora radial con Luciano. Y todos comienzan a tener distintos conflictos: amorosos, amistad, fracasos y sueños.
Es una película bien coral, donde el resto de los personajes abordan diferentes inconvenientes en sus vidas porque ninguno de ellos ha madurado. Damián (Gastón Pauls) es un cineasta, no ha tenido demasiados éxitos que, intenta recuperarse de la separación con su ex (Carolina Peleretti), su escritura está relacionada con esta situación y ahora intenta convencer a Leonardo Sbaraglia (interpretado por él mismo) de que acepte protagonizar su segunda película, pero pierde su guión y cae inesperadamente en manos de Vera (inés Efrón) una joven desconocida. Y él vivirá ciento de vicisitudes para sacarse un poco del medio a esa joven.
Por su parte, Luciano (Fernán Mirás) es locutor radial, muy celoso de su novia Lila (Emilia Attias), cantante pop seductora, narcisista y ególatra, no tolera sus celos, es muy liberal y termina dejándolo, pero esto no es para nada convencional, le escribe una canción donde describe sus peores defectos y que se convierte en el hit del año.
Por último, Marcelo (Ignacio Toselli) es un antihéroe, un perdedor y vive alquilando una parte de su departamento a extranjeros que son mujeres, mientras intentar triunfar con una banda tributo a Los Beatles y todo se complica aún más cuando llega a su vida una colombiana con rasgos japoneses llamada Yenny (Akemi Nakamura).
La historia está llena de gags, uno de sus principales elementos es la música, que funciona como el pretextó perfecto, atrapando aquellos de más de treinta años pero también a los más jóvenes. Una buena banda sonora para escuchar. Varias referencias a la década del ’80. Están presentes: el amor, los encuentros y desencuentros, todos los actores se destacan actuando, hasta los que alguna vez no te gustaron, acá te van a encantar, una curiosidad es que dentro de la película no se hace ninguna referencia al rock nacional.