Familia (no) tipo
¿Diferente de quién? (Diverso da chi?, 2010) es la comedia “seria” más impolíticamente correcta que ha llegado a las carteleras cinematográficas en los últimos años. Temas como la homosexualidad, la política, la familia, la discriminación y la corrupción son tratados con una naturalidad como muy pocas veces el cine se animó a mostrar.
Piero (Luca Argentero) es joven, atractivo, mantiene una relación gay estable desde hace catorce años con Remo (Filippo Nigro) y es una de las promesas políticas con más futuro de su generación. Pese a su homosexualidad asumida y a las reticencias de su partido Piero logra el segundo puesto en las elecciones primarias. Pero ante la súbita muerte del ganador será él quien ocupe la postulación para alcalde. Su compañera de fórmula, Adele, (Claudia Gerini) es bastante conservadora y opositora a que un gay sea el candidato a tan preciado puesto. Será ella la encargada de limar asperezas entre los sectores más tradicionalistas de la política y la sociedad. Entre copas, campañas electorales y cenas íntimas ambos terminarán en un idilio amoroso sin retorno. A partir de ese momento el caos reinará y lo que ya era una transgresión para la mesurada derecha italiana se transformará en una crisis que reformulará los más preciados valores éticos de la sociedad actual.
Está claro que esta historia llega a la Argentina a destiempo. Su efecto, un año atrás, cuando el debate del matrimonio igualitario se encontraba en pleno auge hubiera sido otro y por ende su impacto también. Hoy, al menos para esta parte del mundo, cuando el matrimonio entre personas del mismo sexo pasó a ser habitual y hace semanas asumió el primer senador casado legalmente con otro hombre, el tema expuesto puede llegar a resultar añejo. Para la mayoría de los argentinos estas cuestiones ya no pertenecen a la agenda diaria. Más allá esta apreciación, ¿Diferente de quién? no sólo se mete con la homosexualidad y la política sino que va más allá para reformular el término de familia, creando un nuevo concepto en él que lo tradicional es reemplazado por una nueva estructura que ya no estará conformada por el modelo clásico madre-padre-hijo sino por uno nuevo integrado, en este caso, por padre-madre-padre-hijo. Es en este punto en donde la película sirve para debatir sobre un tema del que aún no se ha discutido con inteligencia y seriedad.
Uno de los méritos de la ópera prima de Umberto Riccioni Carteni es tratar en tono de comedia temas que pueden ser ásperos e irritantes para ciertos sectores sociales y así evitar "molestar". El film se corre de toda solemnidad y se toma la libertad de abrir un abanico de lugares políticamente incorrectos sin herir susceptibilidades a quienes tengan un pensamiento contrario. Nadie va a salir indignado del cine por lo que acaba de ver si realiza una lectura superficial, aunque si se va más allá y se profundiza llegará a la conclusión de que todo es mucho más complejo y mordaz.
Sin ser una gran película ¿Diferente de quién? logra el cometido de saber contar una historia en la que se pone en crisis una institución como la familia clásica sin por eso”faltarle el respeto” a aquellos que aún no están preparados para afrontar un cambio necesario en la sociedad actual. Una película para abrir cabezas.