La fórmula del futuro
La opera prima del italiano Umberto Riccioni Carteni ¿Diferente de quién? (llamativamente bien traducida para la distribución local) parte del concepto del travestismo tanto de la política como en la vida de sus protagonistas: un candidato a intendente homosexual, Piero (Luca Argentero), y su compañera de fórmula Adele (Claudia Gerini), quien a pesar de su posición reaccionaria y ultraconservadora debe aceptar las diferencias políticas de su colega por el bien del partido de centro.
Luego de este preámbulo, la historia cae en la obviedad de que esas irreconciliables diferencias en la política en realidad son mínimas y que ambos tienen buenas intenciones, se complementan de las mil maravillas y terminan enamorándose clandestinamente.
La derecha, la izquierda o el centro son conceptos políticos absolutamente obsoletos para el mundo que nos toca padecer donde se privilegia mucho más el marketing político que las ideas y donde la manipulación de las ideologías forma parte de las reglas del juego, se trate del partido que se trate. Eso es a grandes rasgos lo que sucede en el trasfondo de esta comedia romántica, que solamente cuenta con la originalidad de invertir los roles para desatar un torbellino de pasiones e infidelidad, que por supuesto traerá sus consecuencias al entorno del candidato –comprometido hace años con Remo (Filippo Nigro)- y pondrá en riesgo su futuro político.
Sin embargo, el film transita los tópicos habituales y convencionales acerca de la discriminación de la comunidad gay; la hipocresía de los conservadores representada en una candidata que defiende a rajatabla los valores tradicionales de familia pero que se termina enamorando de un homosexual -tras un fracasado matrimonio por no poder quedar embarazada- es otra muestra de la falta de ideas del guionista Fabio Bonifacci, quien no supo sacarle el jugo a una historia que daba para mucho más. No obstante, son rescatables las actuaciones de la pareja protagónica que demuestra buen timing a la hora de la comedia y mucha piel para los arrebatos amorosos.