Simpáticos enredos en elecciones primarias
«En política, amor y moda nunca digas nunca», recomienda galantemente el joven a la señorita con quien ha salido de compras. «Al fin un hombre que no se aburre en un paseo de compras», dice ella. A esa altura, ya sabemos que él tiene dos razones para no aburrirse. Una es obvia. La otra, es sólo de interés político. Integran un mismo partido y le han dicho que debe caerle simpático para que puedan trabajar juntos en la campaña electoral. El problema es que le caerá demasiado simpático.
La acción transcurre en una ciudad del nordeste italiano (está filmada en Trieste, pero cualquier parecido con la realidad, ya se sabe, es deliberada casualidad). Allí, un partido de centro arma sus elecciones primarias con un candidato oficial y otro de relleno, que no moleste las perspectivas del primero. El seguro perdedor representa a la minoría homosexual, y pierde sin problemas. Pero, oh sorpresa, por una ironía del destino se convertirá en candidato a sindaco, lo que acá llamábamos intendente. Como vice irá la representante de la minoría femenina, una chica bonita, estirada, que propugna justo aquello que no pudo tener: un modelo de familia.
Qué duda cabe, la amable sátira política se convierte en comedia de enredos, pasa a romántica, tiene una vuelta delicadamente sensible cuando el novio del protagonista descubre que el otro lo engaña, encima con una mujer, y otra vuelta utópica cuando la gente deja de lado las rivalidades y se esfuerza por el futuro bienestar de no diremos quién. El asunto es que el defensor de los diferentes y la defensora de la familia terminarán defendiendo a la familia diferente.
«Me siento doblemente diferente», confiesa el aspirante a su electorado. «Discutir cómo suicidarse es propio de la centro izquierda», dice uno de los asesores, mientras otro igual de regocijante se pregunta «¿Un alcalde gay en el Norte de Italia? Eso solo puede ocurrir en el Sur, donde son abiertos, modernos». Esos dos asesores son una delicia cada vez que aparecen, igual que el personaje del alcalde, a cada rato inaugurando un muro de contención del delito. Antonio Catania, Giuseppe Cederna y Francesco Pannofino son sus intérpretes, Luca Argentero, Claudia Gerni y el señalable Filippo Nigro los principales, Fabio Bofacci el guionista, y Umberto Carteni el director, que acá debuta pero ya tiene larga experiencia en cine publicitario y asistencia de autores como Pupi Avati, Giuseppe Tornatore y otros buenos maestros. Película chiquita pero simpática, casualmente se estrena justo en vísperas de elecciones primarias.