Diletante

Crítica de Ezequiel Montero Swinnen - Leedor.com

“Yo a la vejez la dejo para más adelante”

En un húmedo y frondoso litoral, a orillas del Río Paraná, se deslizan jocosamente los ochenta años de Bela Jordan, una mujer llena de vida, que ha quedado inmortalizada en un retrato de carácter íntimo por su mismísima hija Kris Niklison.

Cualquier historia es digna de contarse, y ésta sea quizás la premisa que ha motivado a esta debutante directora a zambullirse en la aventura cinematográfica luego de una extensa y reconocida trayectoria como directora de teatro, coreógrafa y actriz.

Diletante no es más ni menos que un fragmento de tiempo de la vida de esta simpática y audaz mujer que se ha condensado en 75 minutos que alegran el alma.

Parece que Niklison se ha propuesto hacer una cartografía de los pequeños sucesos y pensamientos que se presentan en voz alta de su propia madre.

Bela Jordan es envidiablemente jovial. Alterna sus quehaceres cotidianos que ella misma define, con juegos, y reflexiones lúcidas acerca del tiempo, el trabajo, la vida y la muerte, que dialoga (en realidad monologa) con su empleada doméstica que permanece literal y metafóricamente invisible durante toda la película. Bela Jordan progresivamente se aleja del arquetipo apacible, dulce y tierno de la señora que ya ha llegado al final de su vida y no tiene nada más que hacer con ella. Bela vive como si su vida recién hubiese comenzado, con la misma curiosidad por el juego, la diversión y las tormentas que podría haber tenido siete décadas antes. Es atrevida, temeraria, determinante en sus decisiones, libre hasta el punto de llegar casi a la anarquía, esto sumado a su natural sentido del humor, espontaneidad y gracia la convierten en alguien verdaderamente singular. Mantenerse divertida sin ninguna obligación, parece ser (y haber sido) el leitmotiv de esta mujer, y ser diletante, su máxima aspiración.

Niklison sin lugar a dudas ha centrado su brújula en lo que su propia madre propuso, creando un relato esculpido en base a una historia personalísima, genuina y digna de verse. Sorprenden los planos detalle que convierten la piel en mapa, el pelo en paisaje, construyendo un universo topográfico a partir de una mirada hiperbólica de la realidad. Es curioso, pero se siente que todo el tiempo se espía en primer plano, generando una extraña pero agradable tensión. Ha logrado cierta plastici dad en la imagen que documenta, condimentada con una mirada poética, aunque con ciertos recursos formales de encuadre y montaje que se vuelven repetitivos.

Diletante fue premiada como Mejor Largometraje Argentino durante el 23º Festival de Cine de Mar del Plata y como Mejor Documental en el 50º Festival de Cine de Cartagena de Indias, Colombia. No es un dato menor que este film lleve el sello de la producción de Lita Stantic.