La idea de armar un trío musical con un cura, un rabino y un imán parece tener tanto de aparente audacia como de potencial ridiculez. Decidir hacia cuál de esos polos inclinar la balanza era todo un desafío para Fabrice Eboué, actor, director y mente creativa detrás de esta extraña comedia francesa. Coexister, tal es su título original, parecía autorizar la sátira sobre la creciente intolerancia religiosa que asedia a la realidad europea a partir de esta inusual convivencia entre líderes religiosos que deriva en un curioso fenómeno pop.
Sin embargo, el humor se reduce a una sucesión de chistes sexistas, canciones tontas y gags de la más árida de las inventivas, que derrumban cualquier atisbo de ingenio y contradicen cualquier intento de reflexión.