Dios los cría…
La historia arranca con Nicolás (Eboué), quien trabaja en la división música de la gran compañía Demanche. En una reunión de todas las áreas que conforman esta gran empresa comete un error y termina al borde de perder su empleo. La única salida es encontrar una nueva banda musical, lograr que sea famosa y reconocida, y llenar la sala de conciertos Olympia de París en 6 meses. Nicolás acude a la ayuda de su colaboradora, Sabrina (Audrey Lamy) y comienzan con la entretenida búsqueda del nuevo hit. Cuando todo parecía estar perdido, a nuestro protagonista se le ocurre una idea: formar una banda musical en la que se reúnan un sacerdote, un rabino y un imam. Eso en definitiva es Dios los cría y ellos…
Al ver el trailer sentimos como si nos hubieran contado toda la película, y lamentablemente en gran parte es así. La historia del desafío, el armado de la banda, y la persecución de la fama de seguro se parece a muchas películas que ya viste, de todas maneras y más allá de este pronóstico, el resultado final no es TAN catastrófico.
Dios los cría y ellos… (qué fácil sería llamar a esta película Coexistir) es la tercera película escrita y dirigida por el cómico Fabrice Eboué, cuyas cintas anteriores abordaron temas como la esclavitud gala (Case départ) y la dictadura africana (Le crocodile du Botswanga), siempre en su particular tono cómico y en cada una guardándose un papel para sí mismo, para demostrar que también sabe actuar.
El director francés tuvo la idea de la película al ver el videoclip del grupo Les Prêtres, compuesto por tres miembros del clero de la diócesis de Gap y Embrun. Allí el puntapié inicial para mezclar música y religión, pero sumándole diversidad, porque Coexistir se transforma en una banda cuyos miembros representan una agrupación armoniosa de las tres principales religiones de Francia. Eboué no quería escribir esta historia a través de un prisma religioso:
Quería mantenerme en la neutralidad, son solo seres humanos que viven juntos, todos tienen su cultura o su religión, las creencias de cada uno permanecen en el orden de lo íntimo. El espectador ve una historia de hombres al final, cuando nos encontramos en un proyecto común que nos impulsa, mejoramos todo, no importan las diferencias. Solo hay benevolencia en esta película.
Explicó el comediante al diario Ouest France.
El verdadero desafío de Dios los cría y ellos… es hacer reír a las religiones y especialmente ser justo entre las tres, porque la ofensa está a la orden del día para una u otra comunidad.
Y debe decirse con toda sinceridad que Eboué llega a resultar divertido por momentos, sobre todo en las escenas que incluyen a Audrey Lamy, y en la secuencia del casting de rabinos. Pero ciertamente, no siempre es muy bueno el humor que maneja, hay varios estereotipos afianzados y gags obvios.
Eboué se atreve a abordar temas tabú para estas religiones, con resultados más o menos graciosos que no llegan a ser hilarantes. Por ejemplo, en la escena en que la banda Coexistir visita las radios de cada religión, el imam, bastante perdido, termina hablando de la marcha CONTRA los homosexuales; luego de muchos errores sus compañeros lo corrigen: la marcha fue contra el matrimonio igualitario, ninguna religión está contra la homosexualidad (o por lo menos no queda bien decirlo en una radio).
Es que en Dios los cría y ellos…las intenciones valiosas no son suficientes para superar un escenario a medias y un montón de burlas que nunca parecen haberse desarrollado del todo.
Después de un comienzo bastante cliché narrado con un ritmo ágil, lo que nos queda es la química entre los integrantes del grupo musical, bastante improbable por cierto: Ramzy Bédia como Moncef, el imam; Guillaume de Tonquédec como Benoit, el sacerdote, yJonathan Cohen como Samuel, el Rabino.
Como espectadores podemos adivinar los eventos y giros desde el comienzo, pero todo funciona dentro de los parámetros de la comedia. Quizás lo que aquí ocurre es que se pretendió hacer una comedia original y se terminó por hacer una más del montón aunque con un rabino traumado por una circuncisión probando drogas duras, un sacerdote cayendo en la tentación de la carne, y un imam que no es imam amante de la bebida y el sexo casual.
Conclusión
Dios los cría y ellos… es una comedia no familiar de enredos, mentiras que conducen a más mentiras y canciones pegajosas con la religión en el fondo. Tiene un trío mordaz de actores que hacen bien su trabajo, pero no pueden modificar un guion previsible. De todas maneras, el director merece algo de crédito por tratar de convertir la ausencia de la tolerancia religiosa en comedia.