El gusto francés, en una comedia de enredos.
Según algunas estadísticas, los franceses son los campeones del mundo en bodas mixtas. Y para muestra está aquí el tradicional matrimonio integrado por Claude y Marie Verneuil, ambos católicos practicantes y padres de cuatro hermosas hijas a las que han inculcado sus valores y costumbres, y aceptaron a regañadientes y con sorpresa que sus hijas se casaran con un musulmán, un judío y un chino, respectivamente. Los Verneuil tratan de mantener una mente abierta para sobrellevar lo que sienten como una carga, tanto social como familiar, y depositan su confianza en su cuarta heredera y esperan que contraiga nupcias con algún francés apuesto, adinerado y simpático. Pero no fue así: el jovial candidato es negro.
El director y coguionista Philippe de Chauveron logró construir una comedia tan entretenida como salpimentada. Hay en el film un toque profundamente francés que une la ironía con la picardía y la sonrisa con cierta dosis de burla. Christian Clavier y Chantal Lauby aportan su simpatía y también su malhumor a esta unión de parejas, mientras que el resto del elenco y los rubros técnicos se plegaron con entusiasmo a esta senda que demuestra que el amor salva todas las diferencias.