Cada familia es un mundo
El film de Philippe de Chauveron retrata la vida de un matrimonio muy tradicional que espera que su hija menor se case con un hombre católico, dado que las tres mayores contrajeron enlace con un musulmán, un judío y un chino. Nominada a los Premios Goya 2015 como Mejor Película Europea, Dios Mío ¿Qué hemos hecho? (Qu'est-ce qu'on a fait au Bon Dieu?, 2014) es una comedia que logra lo que se propone.
Puede parecer que ya se realizaron todas las películas posibles en base a bodas. Indudablemente, es un tema bastante trillado que cuenta con exponentes diversos como La boda de mi mejor amigo, Mi gran casamiento griego y Amores, enredos y una boda, entre muchas otras. Pero el director francés Philippe de Chauveron presenta una historia divertida que no se centra en el romance, sino que indaga sobre la difícil tarea de aceptar las diferencias culturales. Claude y Marie Verneuil (Christian Clavier y Chantal Lauby) conforman un matrimonio católico practicante que tuvo que aceptar que sus hijas se casaran con hombres que no comparten las mismas creencias que ellos. Después de que la primera se uniera en matrimonio con un musulmán, la segunda con un judío, y la tercera con un chino, los Verneuil tienen la esperanza de que la benjamina de la familia sí se case por Iglesia.
Claude y Marie intentan acercarse a sus hijas para no perder el vínculo, aunque las diferencias a veces se transforman en discusiones que no llegan a buen puerto. Pero cuando todo parece estar solucionado, la hija menor anuncia su boda con un joven de color. A partir de entonces se inicia una debacle familiar que origina situaciones entretenidas y descabelladas.
Dios Mío ¿Qué hemos hecho? es una comedia efectiva, que presenta todas las características del género. Por momentos cae en lugares comunes, pero en otros se destaca por presentar diálogos que reflejan, casi siempre con tono de humor, la intolerancia que tienen los seres humanos hacia lo diferente. Buenas actuaciones y excelentes escenarios completan el film.
Es probable que la película de Chauveron deje pensando al espectador sobre los valores impuestos y la importancia de conocer otras culturas. Puede que sea así, o puede que no. Pero lo que es evidente es que le asegurará un rato entretenido. Y no es poco.