Una de las cosas que me empezó a preocupar con el abaratamiento de los efectos especiales, es que Hollywood empezara hacer películas cada vez más grandiosas y al mismo tiempo más vacías. Bueno, Dioses del Egipto es un claro ejemplo de que mis preocupaciones era bien fundadas y se hicieron realidad. Usando la idea a la Transformer, cuanto más explosiones y efectos especiales mejor, el director Alex Proya (El Cuervo, Dark City, Yo, Robot), no consigue imprimir ni un poco de emoción a los millones de efectos especiales de la película.
La película inspirada en la mitología clásica de Egipto, cuenta la historia de cuando los dioses estaban entre nosotros, y el dios Set (Gerard Butler) usurpa el trono a Horus (Nikolaj Coster-Waldau) y lleva al imperio antes pacifico, a una realidad de conflicto y caos. En ese medio surge un mortal que puede ser la última esperanza de la humanidad. El guión muy predecible y lleno de clichés no sorprende y está escrito con la clara intención de crear escenas grandiosas para que los efectos especiales puedan lucirse, lo que tampoco consigue grandes cosas. Con todas las acciones cada vez más grandiosas y más delirantes posibles, la película salta de una escena de acción a otra, con algunos momentos para el típico romance entre mortales y entre dioses, clásicas y llenas de este tipo de recursos ya tradicional en películas de este genero.
Al ver el tráiler me acuerdo que hablando con un amigo comente que esta película va demostrar cómo una película de los Caballeros del Zodiaco en live action nunca debería ser hecha, tanto las armaduras como las escenas de acción se nota demasiado la artificialidad, en ningún momento se siente real o mismo creíbles.
Como película predecible termina siendo aburrida, pero si te gusta las películas a la Michael Bay y apagás tu cerebro algunas horas, talvez puedas aprovechar algo de ella