En Dioses de Egipto nos encontramos con una producción que refleja la decadencia de un director que alguna vez llegó a ser una promesa del cine hollywoodense.A mediados de los años ´90 Alex Proyas logró llamar la atención con muy buenas películas como Dark City y El Cuervo que presentaron una estética visual innovadora frente a las cosas que se hacían en ese momento.Luego tuvo problemas con el estudio Fox en Yo, robot, donde no pudo presentar su visión de la historia e intentó levantar el nivel de su filmografía con Cuenta regresiva, una propuesta de ciencia ficción con Nicolas Cage que no estaba mal.Su nueva labor representa el peor trabajo de su carrera.Una producción de aventuras y fantasía que trabaja una temática atractiva como es la mitología egipcia y se vio afectada por el gran cáncer que padece actualmente parte del cine hollywoodense.Me refiero al abuso extremo y obsceno de la animación computada que hace imposible conectarse con la historia por el artificio exagerado de las imágenes.Este es un grave problema que vimos hace poco en filmes como R.I.P.D (Jeff Bridges), Hércules: El origen de la leyenda y la última entrega de la trilogía de El Hobbit.Los efectos especiales de Dioses de Egipto son tan truchos que parecen haber sido realizados hace 20 años en el cine clase B.Todas las ambientaciones se ven artificiales y las secuencias de acción son horrendas porque la animación CGI es de muy mala calidad.Hay una escena patética donde Gerard Butler arenga un ejército que es penosa de ver. Los soldados de la primera fila son extras de verdad y el resto de los personajes fueron hechos por computadora donde se nota que los guerreros son falsos.Lo mismo ocurre con otro momento donde Set se desplaza en el aire con una carroza que es un puñal a los ojos por la calidad berreta de las imágenes. Ya ni siquiera se acude a los dobles de riesgo para filmar secuencias de acción porque trabajan todo con las herramientas digitales que generan que los personajes se vean como monigotes animados.Películas como Dioses de Egipto son un insulto al género de aventuras.El trabajo del director Proyas apenas desarrolla un conflicto, sino que presenta una historia que tiene la estructura de un video juego, donde los personajes principales van cumpliendo etapas hasta que llegan a la final y se enfrentan al villano.Tampoco ayudó que el guión presente una interpretación bastante tonta y machista de los dioses egipcios, donde los roles femeninos fueron relegados al papel de damiselas débiles sin personalidad que no aportan nada en el conflicto.Un detalle que refleja la ignorancia de los guionistas cuadrados que abordaron este tema. Una mitología tan rica con deidades femeninas complejas e interesantes, como Isis y Sekhmet, acá fue completamente bastardeada con un tratamiento bobo y superficial.La verdad que tampoco se podía esperar demasiado de los mismos guionistas que brindaron otros filmes mediocres como El último cazador de brujas (Vin Diesel) y Drácula: La leyenda jamás contada. Lo único destacable de esta producción pasa por el trabajo de los actores, donde figuras como Gerard Butler, Nikolaj Coster-Waldau (Juego de tronos) y Geoffrey Rush logran presentar actuaciones decentes pese al material pobre con el que contaban.Salvo que te de lo mismo ver una buena película de aventuras que la final de Bailando por un sueño, Dioses de Egipto es una propuesta mediocre con la que no vale la pena perder el tiempo.