Dioses y mortales mezclados en una batalla épica, ruidosa y bestial (porque hay muchas bestias, muchos monstruos y poderes raros). Podría pasar por uno de aquellos films clase B de los sábados por la tarde, y se nota en la prolliferación de bichos gigantes una especie de impronta a lo Ray Harryhausen. Podría ser un plomazo, pero como el asunto no deja de estar tomado con humor (un humor de aventuras, no un humor “canchero”), el asunto funciona y divierte.