Egipto era tan dorado?.
Inspirada vagamente en la mitología egipcia, llega esta historia de dioses, reyes, humanos valientes, monstruos arenosos y pirámides tramposas.Una simple historia en la que el Dios Horus (Nikolaj Coster-Waldau) debe recuperar el trono que el malvado Dios Set (Gerard Butler) le ha arrebatado. Así se plantea el escenario de batallas, aventuras, y toda clase de luchas coreográficas, una atrás de la otra para que el espectador no se aburra; algo así como un "tirarle con de todo".Si hay algo que no falta en esta película son efectos especiales, una catarata de efectos estruendosos, técnicamente bastante correctos pero sin ningún criterio estético; un abuso espantoso de CGI y color dorado; los monstruos, las alas, los dioses gigantes marean al espectador, y por momentos parece que estuviéramos viendo un filme de acción de los ochentas como "Flash Gordon" o "Furia de titanes".Los actores hacen lo que pueden con una historia llena de clichés y con algunos diálogos que rozan lo ridículo. Gerard Butlerhace casi lo mismo que en "300", pero con un guión peor y Nikolaj Coster-Waldau está muy lejos de su buena interpretación de Jaime Lannister en "Game of Thrones". Geoffrey Rush le da un poco de altura interpretativa a la película pero, aunque sale airoso, las escenas que debe interpretar son bastante pobres.En la búsqueda de un tanque, Alex Proyas -correcto director de "El Cuervo", "Yo, Robot" y "Dark City"- dirige este filme de acción y aventuras extremadamente pochoclero que entretiene, pero también subestima bastante al espectador.