Motivado por las coincidencias de profesión, origen y apellido, el periodista y documentalista argentino-israelí Shlomo Slutzky contacta en la red al periodista argentino-holandés Mariano Slutzky. En el encuentro, Shlomo descubre que Mariano es el hijo de Samuel Slutzky, Sami, el primo médico de su padre cuya existencia y trágico final habían permanecido innombrados en la familia desde su desaparición a manos de la dictadura cívico-militar en 1977.