“No, América: es hora de que creas en vos misma”.
“Y… ¿cómo está América?”.
Contento y satisfecho son dos cosas distintas. En una comés cosas ricas para disfrutarlas; en la otra simplemente te llenás la panza para no pasar hambre. Doctor Strange en el Multiverso de la Locura es una película que te deja satisfecho pero no contento. Hay algunas secuencias muy logradas, hay un muy buen cast, hay cameos y sorpresas… pero hay momentos agrios, diálogos ridículos e ideas mal explotadas que te dejan la sensación de que el resultado final debería haber sido muy superior. Si se siente como una película Marvel cocinada de apuro… es porque se trata de una película Marvel cocinada de apuro. En Enero 2020 cambiaron de director (Scott Derrickson quería hacer algo mas terrorífico, retorcido y oscuro), tiraron el libreto a la basura, y pusieron al terrible guionista de Loki a hacer un nuevo script. Metieron con calzador a Sam Raimi – que después de Spiderman 3 no quería volver al género de superhéroes debido a la mala recepción crítica que tuvo aquella película – y éste tuvo que empezar a hilvanar de apuro las cosas para tener un producto listo para 2021. Entra a jugar el Covid, hay demoras de producción de todo tipo, y recién en noviembre 2020 comenzaron a rodar aunque sin un libreto terminado. Como los tiempos se estiraron – y Doctor Strange 2 estaba pensada para estrenarse antes de Spiderman: Sin Regreso a Casa – hubo que refilmar secuencias para acomodarlas a la historia de arañita y sus eventuales consecuencias en el MCU amén de sacar a América Chavez (que iba a figurar en la historia del filme de la Sony).
Pero la cocinada de apuro se nota y mal. Estos actores de primer nivel deben lidiar con diálogos que parecen salidos de un filme de Roland Emmerich (¿remember Moonfall?). La que se lleva la peor parte es Rachel McAdams – que tiene mayor participación en la acción sobre el final del filme -, la cual dice sus parlamentos con la mirada distante y en piloto automático como si no pudiera creer que los billones de Marvel hayan servido para contratar a un libretista tan horrendo como éste y sin tiempo para que un script doctor le pegue una pulida y los deje, al menos, menos disonantes. La cantidad de veces en que puse los ojos en blanco es abrumadora y eso no me había pasado nunca en un filme Marvel.
Si al menos el problema fuera sólo con los diálogos… pero hay otras decisiones creativas que definitivamente te hacen crujir los dientes. El primero de ellos es América Chavez – un McGuffin viviente perseguida por todo el mundo – cuyos poderes son absurdos y salidos de la nada (hace portales interdimensionales con forma de estrellita!… por Dios, qué ridículo: ¿qué es? ¿un osito cariñosito?). América viene de otro planeta y otra dimensión pero aún así se llama como la nación mas poderosa de esta Tierra (lo cual da lugar a un montón de chistes inintencionales cada vez que la nombran), tiene dos mamás – en un fugaz y forzado intento de meter diversidad en el MCU – y las evapora en menos de cinco segundos en pantalla (cuando tenía diez años la piba se asustó con algo, entró en trance, abrió un portal de estrellita y el vortex succionó las mujeres – y a la mitad de la gente que estaba por ahí – disparándolas hacia otra dimensión… todo esto narrado en un breve y desprolijo flashback). Como no hay explicaciones adicionales no sabemos si el mundo de América es como Themyscira y está habitado solo por mujeres – con lo cual ser gay sería lo standard -, o cómo rayos América fue concebida y si el donante (de haberlo y no haber autoconcepción) es el portador del gen mutante que recibió. Ni siquiera hay una lágrima cuando Xochitl Gomez cuenta todo esto (“¿te conté que maté a mis madres tirándolas a un agujero interdimensional?”). La escena concluye con un vacío consejo de manual por parte de Stephen Strange: “no te preocupes; ellas están bien, donde quiera que estén”.
Pero es imposible cargarle todas las tintas al personaje de América, ya que hay mas cuestiones desesperantes en el filme. El siguiente ítem de la lista es la abrumadora volubilidad de los personajes: de un instante a otro cambian de parecer y hacen exactamente lo contrario de lo que estuvieron predicando toda su vida. En cinco segundos Wanda pasa de un pacífico retiro espiritual a convertirse en una genocida peor que Thanos, capaz de arrasar de la peor manera posible con la mitad del universo si no le entregan a la chica Chávez para poder absorber su poder y viajar a una dimensión donde sus hijos sigan existiendo y haga su vida de ama de casa tal como vimos en WandaVision (de hecho todo el filme se siente como un capítulo sobreproducido de final de temporada de la serie; si no viste WandaVision vas a quedar literalmente en pelotas, lo cual una decisión creativa totalmente discutible porque te obliga a seguir todas las tiras Marvel de Disney + de ahora en mas si querés estar al tanto de lo que va a pasar en las películas, de dónde salió tal personaje o por qué éste otro se porta como un loco). Cosas similares ocurren con otros caracteres – como las versiones de Tierra 838 de Christine Palmer y el Profesor X (no es spoiler!, el tipo ya figuraba en el trailer!) – que están sumamente convencidos de algo y, de un instante a otro, terminan haciendo todo lo contrario… y no porque hayan sido cambiado de opinión gracias al peso de los argumentos que exhibe Strange (ya que los mismos son de una pobreza conceptual total debido a lo flojo del libreto) sino porque los tiempos narrativos no daban ya que quedaban un choclo de escenas para filmar.
A los abruptos cambios de conducta debemos sumarle la pobreza del concepto de Multiverso implementado en el filme. Digo: esto daba para una correría sicodélica por todos los universos posibles dando lugar a toneladas de fan service y momentos de aplausos de pie – con Wanda corriendo detrás de Strange y Chávez, los tres saltando de una dimensión a la otra y topándose con millones de versiones alternativas de personajes conocidos, cuando no, de cameos y sorpresas -. Pero no: se cayeron en Tierra 838, se ahí quedan hasta el final y, de pura casualidad, es la única de Tierra del Multiverso donde vive la versión de Wanda que es ama de casa y tiene sus dos hijos (¿en serio??). Para impedir el salto de universos – que implicaría mas dinero de producción y efectos especiales, amén de un despliegue de creatividad que supera al limitado libretista que contrataron – el guión se despacha con que los saltos interdimensionales pueden detonar los universos por los que pasás. Así que la diversión y el fan service se limitan a una sola Tierra alternativa y cinco minutos de cameos con personajes importantes y poderosos… tirados por la borda de la manera mas expeditiva posible, lo que se transforma en una auténtica falta de respeto. Al parecer Michael Waldron nunca vió Spiderman: Un Nuevo Universo (versiones alternativas de un mismo personaje aparecen en la Tierra que todos conocemos) o siquiera Everything Everywhere All at Once, una comedia indie que explota el mismo concepto de manera muchísimo mas festejable… con muchísima mas inventiva y con un presupuesto que debe ser el sueldo del que sirve el café en Marvel. Hasta el uso del Multiverso en Spiderman: Sin Camino a Casa era mucho mas creativo que esto.
Mientras que el concepto de Multiverso suena a rico en posibilidades es, por otro lado, un craso ejemplo de flojera intelectual. Podés inventar versiones exóticas de todo tipo de cualquier personaje sin dar ningún tipo de explicación sobre su conducta u origen. Por el otro lado, altera la versatilidad del universo que todos conocemos – Iron Man no se murió sino que sigue vivo en otro lugar; el Capi no está jubilado y sigue combatiendo villanos en otra dimensión… y todos esos superhéroes pueden aparecer mágicamente acá cuando las papas quemen, convirtiendo al Multiverso en una fabrica masiva de Deus Ex Machinas -. Si a eso le sumamos que Marvel está vomitando toneladas de nuevos personajes mediante las películas de la Fase 4 y las series de Disney + (piensen a Loki y sus versiones alternativas, Moon Knight, los Eternos, los que reincorporaron que tenían series previas en Netflix, los que absorbieron de la Fox, los que ya figuran en la agenda como Blade, Señorita Marvel, la Thor de Natalie Portman… y un larguísimo larguísimo etcétera) entonces la próxima película de los Vengadores va a precisar un estadio para albergar tantos superhéroes. ¿Se acuerdan cuando el MCU era una cosa simple, había un solo superhéroe por película y tenía una historia interesante para contar?.
Mientras todo esto es discutible, lo que termina salvado a Doctor Strange en el Multiverso de la Locura son las perfomances, la magia visual de Sam Raimi y la partitura de Danny Elfman. Todos actúan muy bien pero el filme le pertenece a Elizabeth Olsen: a pesar de las asperezas del libreto para explicar sus cambios de conducta, es la Olsen la que humaniza a Wanda y la aleja de ser una villana de cartón pintado. La tristeza de Wanda es profunda, traspasa la pantalla y hay un par de escenas que son desgarradoras en lo dramático. ¿De qué le sirve ser el ser mas poderoso del universo si no puede ser feliz o, siquiera, viajar a la dimensión donde puede encontrar la paz?. No hay nada mas solitario que un Dios y éste es el caso. Es una lástima que el libreto vaya tan a las apuradas que se haya comido de meter un par de escenas con Vision siquiera en flashbacks. El robot era una fuente de sabiduría emocional (“el duelo no es mas que el amor que perdura en el tiempo”) y su ausencia acá bordea lo imperdonable. El era parte esencial de la historia de Wanda; ¿cómo no va a aparecer?. Por el otro lado Raimi sigue siendo un rey de lo visual – las batallas rebosan de creatividad (no hay nadie mas elegante para entrar en combate que Stephen Strange!) y hay un par de refriegas (la final y una previa que tiene que ver con música) que son dignas de aplauso -. Y el Elfo sorprendiendo con una de las mejores bandas sonoras de sus últimos tiempos.
Doctor Strange en el Multiverso de la Locura es una aventura pasable y vistosa. Está plagada de altibajos en buena parte por el manoseo y los apurones que sufrió, pero esto también precisaba otro libretista menos detestable y un par de pulidas extra. Seguramente recaudará un fangote de guita pero definitivamente es inferior a la Doctor Strange original, la cual era mucho mas solida y satisfactoria aunque fuera tan solo la regurgitación de una formula patentada y reusada por Marvel hasta el cansancio.