DOCTOR STRANGE: HECHICERO SUPREMO.
El prestigioso neurocirujano Stephen Strange parece tenerlo todo: talento, juventud, fama, dinero y el respeto de sus colegas. Pero su burbuja se rompe cuando sufre un terrible accidente de autos que termina provocándole múltiples fracturas, incluida las de sus delicadas manos. Buscando rehabilitarse y poder volver a practicar la medicina, su camino se cruzara con el de las artes místicas, conociendo un nuevo mundo de posibilidades más allá de la mente humana, pero también lleno de amenazas tanto de este mundo como de otros universos.
Marvel Studios sigue actualizando su universo cinematográfico y ahora nos trae uno de los personajes más esperados tanto por los seguidores de los comics como para el publico casual que se quedó sorprendido al ver los avances de Doctor Strange: Hechicero Supremo, donde se nos presentaba un héroe bastante fuera de lo convencional visto en este subgénero hasta el momento.
Si son lectores de historietas, no hace falta que les presente a Doctor Strange; pero si solo siguen a estos personajes en sus adaptaciones a la gran pantalla, queda todo bastante claro en la sinopsis. Marvel Studios se anima a poner en pantalla por fin el factor magia en su mundo, y así dando un enorme paso hacia adelante con la tan soñada Infinity War, donde veremos a todos estos personajes en pantalla.
¿Pero de verdad es esta película tan buena como se viene leyendo, pese a que Marvel Studios vuelve a repetir la fórmula? Si, definitivamente. El esqueleto argumental ya lo vimos varias veces y es el típico film de inicio de personaje, donde este pasa de ser un arrogante a redescubrirse y terminar sacando todo su potencial.
Pero si este film destaca es porque debe ser uno de los mejores actuados en lo que se refiere a cine de superhéroes. Benedict Cumberbatch nació para dar vida al Doctor Strange, y en esta ocasión vuelve a mostrar que es uno de los mejores actores del momento. No podemos no nombrar a la gran Tilda Swinton quien le saca todo el jugo posible a su personaje de mentor ambiguo (aunque algún fan saltara a llorar por el cambio de sexo sufrido en la adaptación), y hasta Mads Mikkelsen destaca pese a que Marvel Studios vuelve a darnos un villano bastante simplón. Solo tenemos una nota negativa, y es Rachel McAdams, quien tiene el personaje peor escrito y termina siendo una mujer florero sin demasiado lugar en la historia.
Pese a que es obligación que películas con tan grandes presupuestos tengan buenos efectos especiales, esta ocasión debemos alabarlos y hasta puedo decir sin dudar que si en los próximos Oscar, Doctor Strange: Hechicero Supremo no está nominada en las categorías de los apartados visuales, estaríamos hablando de un robo; porque sin dudas hay secuencias que lo dejan a uno sorprendido por la cantidad de cosas que hay en pantalla y que ninguna se vea mal ni poco trabajada, todo sin sacarnos el foco de la acción.
Doctor Strange: Hechicero Supremo es la muestra clara que cuando se tiene en claro lo que se quiere hacer, pese a que se esta sobreexplotando demasiado el sub genero, aun se pueden sacar películas que sorprendan y gusten a expertos como al espectador casual. Mientras tanto este redactor no ve la hora de ver al Doctor Strange ya interactuando con los Vengadores.
Ah, y aunque se redundante, quédense hasta el final porque hay dos escenas post créditos.