Adaptación de la novela de Stephen King secuela de "El resplandor", "Doctor Sueño", tiene en su realizador, Mike Flanagan el arma secreta para resolver positivamente los muchos desafíos que tenía por delante. Una novela inadaptable.
Término muy usual a la hora de hablar de libros cuyo traspaso al ámbito cinematográfico pareciera ser dificultoso de ser concretado. Hay varias, clásicas; y de hecho, en su mayoría, cuando se terminan animando, los resultados no suelen ser los más satisfactorios. "Doctor sueño" podía ser considerada una de esas novelas inadaptables, aunque no por las razones usuales.
De hecho, casi inmediatamente publicada la novela, se sabía, o se suponía, que terminaría siendo llevada al cine. El tema es ¿Cómo lo harían?
"El resplandor" es la tercer novela de su autor, publicada en 1977, y una de las más conocidas y aclamadas. Es más, su texto es transversal a otras historias del mismo King. Cuando en 1980 Stanley Kubrick realizó la adaptación cinematográfica, las aguas se dividieron, básicamente entre Stephen King que no le gustó lo que hicieron con su obra por las muchas libertades que se tomó, y todo el resto (salvo los adeptos más fieles al autor) que inmediatamente la catapultaron al estirpe de clásico, referencia, e ícono del género. Recién en 2013, Stephen King publicó una secuela de su novela.
Que en realidad sigue la historia de uno de sus personajes en la actualidad, pero viviendo hechos bastante distintos a los anteriores. Quizás por las altas expectativas, "Doctor Sueño" tuvo un recibimiento más tibio del esperado, y muchos la consideran entre los textos más flojos del autor de "It"; probablemente por este hecho de no ser una secuela pura y derecha.
Ahora en 2019 los temores regresan, "Doctor Sueño", la película, no sólo adapta una novela que debe mejorar las expectativas de los lectores, sino plantearse entre ser fiel y estar a la altura (o ser digna) del clásico de Kubrick, o respetar más a la obra y espíritu del Tío Stephen. Por suerte, quien se ubica detrás de cámara es Mike Flanagan, uno de los realizadores de género más sólidos y talentosos de la actualidad, acostumbrados a tomar riesgos en sus proyectos, que otros directores más amoldados elegirían eludir.
¿Cómo ubicarse a la altura de un grande como Kubrick? ¿Cómo seguir sus pasos?
Flanagan ni lo intenta, hace su propio camino, y traza los homenajes y guiños justos, para que el fan salga contento pero que sienta que se lo respeta. Hay una decisión estética que puede enfrentar opiniones respecto a las escenas que traen al anterior film, entre ser y no ser lo mismo, usar las últimas tecnologías o ir hacia las prácticas tradicionales.
Flanagan es un director que suele hacer gala del mejor clasicismo bien entendido, y esta no es la excepción. Habrá que estar atento, en sus dos horas y media, un primer tramo entrega mucha información comprimida, trae varios personajes, cambia intermitentemente de ambiente y año, y arma un gran mosaico como aquel alfombrado que Danny recorría con su triciclo.
Todo esto nos dirá que su director elige no apurarse ni simplificar, prefiere tomarse el tiempo necesario para que entremos a la nueva historia, comprendamos sus reglas, y recién ahí encender los motores para un juego de tensión que no abandona. Danny y su madre sobrevivieron y se recluyen en Florida.
Allí, él crece, guardando los fantasmas de su pasado (literalmente), y superando los conflictos del ser especial gracias a su poder de resplandecer. Tanto las visitas de Tony como de los espectros del Overlook van mermando, y en su adultez (Ewan McGregor) se convirtió en un personaje con demonios a superar para no convertirse en su padre.
Drogadicto y alcohólico en recuperación, parece poder utilizar el resplandor para un fin noble como enfermero ayudante en un geriátrico. Pero las sombras pueden regresar. Hace ocho años que mantiene una comunicación sensorial, similar a la que él mantenía con Tony, con una niña llamada Abra (Kyliegh Curran) de poderes iguales a los suyos.
Abra logra conectar con otro niño especial que fue secuestrado y asesinado por la banda dirigida por Rose The Hat (Rebecca Ferguson). También con los poderes mentales del resplandor, esta banda se dedica a absorber los vapores de otros niños para asegurarse una juventud prolongada indefinidamente.
Abra desea frenar a este grupo, se expone más de lo necesario, por lo que recurre a Danny, quien deberá remover las zonas oscuras que quiere dejar atrás, para poder enfrentar los problemas de este presente. "Doctor Sueño" es un film por encargo para Mike Flanagan, como lo era "Ouija 2: el origen del mal"; y como en aquella oportunidad, logra hacer propio aquello que le era ajeno; aunque esta vez, quizás hablemos de su film menos personal.
El director de Ausencia suele transmitir el terror desde el drama y la angustia, desarrollar los vínculos entre los personajes y hacer que comprendamos sus sombras internas.
"Doctor sueño" no es la excepción. Quizás en ese primer tramo, cuenta alguna historia paralela que no sume tanto a la historia general, pero funciona para comprender el mecanismo del conjunto de los personajes. Nada es librado al azar. Como si estuviésemos frente al enfrentamiento entre el Profesor Xavier y Magneto en la primer "X-Men" que se disputaban la pertenencia de Rogue.
Aquí se forman dos clanes con vínculos y relaciones internas. Danny encuentra en Abra, y en su mentor de la AA, los vínculos para salir adelante y reinsertarse adecuadamente sin repetir los hechos de Jack. Rose y los suyos se nuclean, viven en comunidad, y en esa eternidad hay también una respuesta a huir de la soledad. "Doctor Sueño" expone su mayor temor de los personajes en el ser incomprendidos y quedarse solo.
Sombría, con los tiempos necesarios para crear tensión sin que se sienta el martillazo. Flanagan también recurre a la visón de los clásicos sin recaer en lo obvio, no sólo en el film de Kubrick; en aquel clan y su forma de ataque y convivencia también sentiremos la presencia de "The Lost Boys" de Joel Schumacher, y "Vampires" de John Carpenter: los monstruos rockstar dirán presente de forma comunitaria.
Ewan McGregor muestra su solidez habitual y no entiende al género como una propuesta menor, los tintes dramáticos de su composición son logrados. Rebeca Ferguson compone a un personaje afectado, diferente a lo que le vimos hasta ahora, no recurre a lo básico para generar miedo, es un personaje fuerte y frágil a la vez, una dualidad muy atractiva y seductora, de una villana para nada típica.
"Doctor Sueño" es una propuesta muy lograda, no solo por sus nobles resultados, sino por la sumatoria de riesgos que resuelve con mano firme y convincente. No intenta ser el clásico que fue aquella gema de 1980, ni tampoco pasarla por alto. Tampoco descuida al fan del autor al que siempre le está tendiendo una mano (es la segunda adaptación del director a King, luego de la también lograda "Gerald's Game").
Mike Flanagan sigue a paso firme en una filmografía cada vez más nutrida y variada.