Mike Flanagan construye una transposición fiel e inteligente del libro de King y logra establecer una esencia propia a pesar de los guiños y homenajes que también le brinda, y muy bien, a El Resplandor.
En un año plagado de adaptaciones cinematográficas de las historias de Stephen King, entre las que se destacan IT: Capítulo Dos o Cementerio de Animales, ahora llegó el momento de que la secuela de una de sus obras más celebres salte a la gran pantalla. Se vuelve al universo de El Resplandor (The Shining, 1980) para ver qué fue lo que le deparó el futuro a Danny Torrance luego de que su padre fuera poseído por los espíritus malignos del Hotel que se encontraba cuidando durante el largo invierno e intentase matarlo. Por supuesto que esta secuela, como lo hizo el material original, está basada en el libro de nombre homónimo a la cinta y a pesar de que por desgracia el director del Resplandor no puede hacerse cargo de ella (te extrañamos todos los días, Stanley), el encargado de esta transposición será Michael Flanagan alguien que ya trabajó con material de King cuando adaptó para Netflix El juego de Gerald (Gerald’s Game, 2017). Ahora el peso propio de la obra pondrá a prueba al director para ver si la secuela está a la altura de la película del ’80 o sólo será una adaptación más.
Doctor Sueño (Doctor Sleep, 2019) cuenta que fue de la vida de Danny Torrance (Ewan McGregor) luego de los eventos vividos en el Hotel Overlook en donde terminó de descubrir sus “habilidades” psíquicas a pesar de su corta edad. Pero poco más de 30 años han pasado en la vida de Danny y ahora se la pasa reprimiendo su don gracias a la bebida y a las drogas. Por otra parte se nos presenta a una joven llamada Abra (Kyliegh Curran) que también “resplandece” como Dan e incluso más que él y pese a su corta edad puede manejar sus dotes de manera perfecta y en alguna oportunidad han podido comunicarse con Dan mediante sus pensamientos. También se introduce a una secta conocida como El nudo verdadero, una comunidad de personas que secuestran y se alimentan de niños que poseen el resplandor y consumiéndolos pueden alcanzar la inmortalidad. Este culto está dirigido por Rose “La chistera” (Rebecca Ferguson) y en cuanto sienten los poderes de Abra se ponen cómo objetivo hacerse de ella para quitarle todo su poder. Ahí es cuando Dan deberá dejar de lado todos sus fantasmas para ayudar a la joven Abra por más de que eso lo lleve a lugares que él pensó había dejado atrás.
Difícil trabajo tenía Mike Flanagan a la hora de adaptar esta obra. Más allá de que la transposición de material literario a la gran pantalla siempre deja elementos fuera del metraje final en esta ocasión el director estadounidense también debía lidiar con la comparación obvia y odiosa que se iba a dar con una de las mejores películas de terror de la historia como lo es El Resplandor de Stanley Kubrick. Por suerte para Flanagan, su película logra estar a la altura de las circunstancias y logra hacer una adaptación fiel al libro de Stephen King y terminar concretando una perfecta segunda parte para la película de Kubrick. A pesar de un comienzo engorroso en donde tres arcos argumentales aparecen y desaparecen de golpe casi que con ninguna conexión entre sí y con un montaje bastante vertiginoso con muchos cambios de escenas en momentos que no parecerían ser los indicados, el filme sale airoso cuando el director y guionista logra la estabilidad narrativa como para desarrollar a los personajes y que la historia fluya sin ninguna prisa. La película se toma su tiempo ya que la duración del corte es de casi dos horas y media y si bien esa duración se termina sintiendo, en ningún momento se torna aburrida, ni previsible ni agotadora para el espectador. Un gran acierto del director es la utilización de elementos reconocibles de la película anterior para que el gancho con el espectador sea completamente efectivo. Estos elementos no son utilizados a lo largo de toda la película cómo si fuese un homenaje o mucho menos un refrito corriente, sino que esos momentos se los guarda para aquellos momentos en donde la trama puede llegar a tener un interés menor y entonces la nostalgia sirve para que el nivel de atención nunca decaiga. Ésta maniobra consigue su punto de ebullición en el último acto en donde la película decididamente abraza al pasado en cuanto a puesta en escena pero no así en atmósfera, algo que es casi imposible de lograr dicho sea de paso.
El vuelo narrativo que posee esta película fue pocas veces lograda en cualquier otra adaptación de un material de King. Puesta en escena, manejo de cámara y situaciones surrealistas componen un relato que cómo pocos logran reflejar la esencia de las páginas de los libros. También el uso de efectos especiales prácticos logran un toque diferente ante tanto CGI en otras producciones y eso le da un salto de calidad que debe ser reconocido. Algo similar pasa con la banda sonora, que está a cargo de The Newton Brothers, que logra generar un ambiente propio de cara a los eventos que se van presentando y al mismo tiempo hacer una conexión inmediata con El Resplandor, incluso muchas veces se utiliza la canción clásica de aquella película como para establecer una relación directa aunque eso ya esta plasmado desde un primer momento.
En relación a las actuaciones, los tres personajes principales tienen a un actor y dos actrices que no dan lugar a reproches. McGregor, Curran y Ferguson hacen que cada uno de sus papeles logren tener una identidad propia desde el primer momento en el que están en plano. Cada uno con responsabilidades diferentes, más McGregor por el trasfondo de su personaje, logran hacer un trabajo impecable y envidiable. La joven Curran logra tener quizás la segunda mejor actuación de toda la película y eso es mucho decir ya que es sólo su segundo trabajo en cine y el primero en el que su protagonismo es real. Ferguson está impecable haciendo el rol de villana y a pesar de que podría tener más minutos en cámara, para poner sobre la mesa un poco mas de contexto sobre su personaje logra transmitir temor y considerarse una verdadera amenaza. Ewan McGregor logra establecer una actuación soberbia, que también consigue su punto máximo en el desarrollo del tercer acto en donde lleva a cabo una actuación más física para lograr una semejanza clave para con otro personaje que realmente sorprende.
Doctor Sueño es la justa continuación de una de las películas mejor consideradas del cine y al mismo tiempo una inteligente transposición del material original de Stephen King. Con guiños y homenajes claros en momentos claves, esta película logra construir su propia identidad e incluso los momentos en donde intenta desprenderse de El Resplandor, terminan siendo los mejores.