Lo más interesante de este film sobre una poeta y premio Nobel que tiene un affaire con un hombre más joven e inmigrante consiste en cómo mezcla el melodrama (ese género donde la pasión desafía convenciones sociales) con la reflexión política más explícita (el melodrama es un género político, de hecho). Es lo que podríamos llamar una “película de cámara”, si tal cosa pudiera definirse, por su ritmo y sus elementos.