Luego de varios años fuera de la pantalla grande el magnífico director de cine español, Pedro Almodóvar, vuelve con una película emotiva y un poco personal que fue ovacionada en Cannes y otros festivales de cine no solo por la dirección sino también por las grandes interpretaciones.
"Dolor y gloria" narra la historia de Salvador Mallo interpretado por Antonio Banderas (ganador como mejor actor en Cannes), un director que ha conocido épocas doradas en su trayectoria pero hoy está prácticamente retirado y luchando contra insoportables dolores de espalda y cabeza que lo han sumido además en una profunda depresión que lo inmovilizó en más de un sentido.
A medida que el film va transcurriendo nos vamos encontrando con un drama biográfico que está muy bien contado y toca distintos matices a partir de los personajes. Narrando los hechos desde el pasado hasta el presente logra contar una historia dura y emotiva, poderosa e íntima a la vez.
Algunos datos interesantes son los cameos que presenta el director y los aportes nacionales que nos encontramos durante la película. Algunos de ellos y quizás los más importantes son el papel de Leonardo Sbaraglia quien interpreta a un ex amante de salvador, junto con una participación especial de Cecilia Roth. Pero no son los únicos ya que Rosalía, Susi Sánchez, Raúl Arévalo o Julián López, son otras de las figuras que se hacen presentes en la cinta.
No sólo la parte más visual y fotográfica de la película está cuidada, sino que el nivel de sonoridad se trató con mucho cuidado y acompaña en distintos planos sonoros toda la trama. El señor Almodóvar creó una pieza de montaje que roza la perfección. Los encuadres bien balanceados y una colorimetría con colores vivos y llamativos hacen de ésta una obra cinematográfica más para sumar la colección personal del director.
En conclusión "Dolor y gloria" funciona y desde todos los aspectos. No hay que dejar de verla ya que incluso podría decirse está convirtiéndose en un clásico no solo del cine español sino que también de la cinematográfica internacional. Veremos qué le depara el futuro, mientras tanto es perfecta para disfrutar en cualquier momento.
Por Keila Ayala