El gran tema de Dolor y gloria es el deseo, el nombre propio de la productora de Almodóvar. O, dicho de otro modo: es la restitución del deseo, a propósito de la evocación de su descubrimiento inicial y de un momento ulterior en la vida del personaje interpretado por Banderas en que el deseo y el amor fueron de la mano. El filme tiene sus sorpresas, y el plano final redefine todo lo visto, como también vindica al director español como un verdadero maestro. Solamente un gran cineasta puede retener su secreto hasta el último suspiro de una película. Lo que hace aquí Almodóvar es fantástico.