Dolores

Crítica de Agustín Villegas - Loco x el Cine

¡Los ovarios sobre la mesa!

Durante los años más oscuros y sangrientos de la segunda guerra mundial, la joven Dolores (Emilia Attias) deberá regresar al campo bonaerense para colaborar en la crianza de su sobrino Harry (Felipe y Mateo Flossdorf).
Al llegar, no solo encontrará la situación económica de la finca al rojo vivo, si no que también se verá envuelta en un complicado triángulo amoroso compuesto por su sufrido cuñado Jack (Guillermo Pfening) y por Octavio (Roberto Birindelli), un terrateniente descendiente de alemanes dispuesto a todo por conseguir el corazón de la protagonista.
Ahora, la muchacha tendrá que afrontar sus conflictos sentimentales para salvar el hogar de su difunta hermana, sea como sea.
Este proyecto del cineasta Juan Dickinson, cuenta con un argumento que se desenvuelve de una forma similar a un churrasco descongelándose. Todo comienza de una forma lenta, poco natural y actoralmente acartonada, para luego comenzar a asentarse y a brindarse un argumento más contundente. De hecho, el primer acto parece una entrada en calor, detalle que no es para nada positivo.

Sin duda, el detalle mas destacable del film es el personaje de Harry, para el cual decidieron utilizar a unos mellizos para el mismo papel. Lo interesante de esto es que en ningún momento nos damos cuenta de que se trata de dos actores distintos, ya que los pequeños se meten en su papel de una forma extremadamente profesional. Es más, si me distraía durante los créditos o si en la conferencia de prensa el director no lo aclaraba, créanme que no iba a enterarme.

Mara Bestelli también sobresale como la pesimista hermana institutriz de Jack, quien se encarga de la educación del joven del cual les hablé en el párrafo anterior.

Con respecto a la dirección, si bien los planos son lindos y la fotografía los condimenta de una forma decente, el elemento de “cine de época” se ve como poco real. De no ser por las constantes referencias al momento histórico en el que se desarrolla la historia, uno podría olvidarse de que el argumento transcurre durante los años 30′.
El guión cuenta con diálogos aburridos pero contundentes a la hora de mostrar como los personajes se desarrollan y evolucionan a lo largo de esta historia de amor. Y ya que no pude evitar volver al tema de los personajes y el guión, la química entre Attias y Pfening es, a pesar que ella no puede salir de su papel ‘Teen Angel’, es bastante fuerte.
El churrasco se comienza a descongelar cuando estos dos personajes comienzan a interactuar más íntimamente, y le dan una cuota tierna a este inestable film.

El director llena al film de simbolismos en las actitudes de los personajes, lo cual sería muy bueno si no fuesen tan obvios. Los personajes toman fuerza gracias a estos simbolismos y no tanto por sus actos. Y, aunque esto no me haya agradado por la falta de disimulo, sin duda apoyo que se use el recurso de metacine, estando encubierto, o quizás no tanto.
“Dolores” no es un film sobresaliente. Tiene una narrativa medio incómoda y actuaciones que por momento se sienten condicionadas por lo acartonado del guión. A pesar de esto, la película esta bien dirigida y cuenta con un segundo y tercer acto medianamente intenso. El final no decepciona y ofrece un remate interesante.
Nada memorable, pero tampoco aberrante.