Dolores retrata la vida de la protagonista, interpretada por Emilia Attias, en su regreso a la Argentina, mientras transcurre la Segunda Guerra Mundial en Europa. Se muda a la casa donde vivía su hermana y donde ahora viven su cuñado y el hijo de este. Su regreso plantea cambios en cómo se maneja la casa y cómo viven los personajes, quienes permanecen sumidos en una depresión después de la partida de la hermana de Dolores.
La película hace un retrato de la época con delicadeza, incluidas las costumbres vinculares del período. Esto empobrece algunas actuaciones y en otros casos las complejiza. Pero en general el resultado consigue, sin mucho melodrama, poner de manifiesto las nuevas posibilidades de la sociedad argentina desde los ojos de esta mujer y su entorno. La experiencia bélica de los personajes moldea su visión del mundo, su interacción en sociedad.
Los vestuarios, los diálogos y el diseño de producción están muy cuidados sin sobrecargar la ambientación. Cada objeto tiene un significado resonante para la historia que se cuenta, y esto hace que adquiera mayor relevancia. En particular los diversos tonos de azul que viste el personaje de Emilia Attias reflejan sus maneras de devolverle cierta vitalidad a la casa de su hermana.
Las actuaciones son, probablemente, el menor atractivo de la película. Más allá del niño que interpretan los hermanos Mateo y Felipe Flossdorf, el elenco es irregular y no atrapa. Por su lado, Emilia Attias se ve amanerada y no convence en su rol protagónico. Ella comentó en la rueda de prensa, posterior a la proyección para los periodistas, que procuró captar los gestos y las posturas que adquiría el cuerpo en aquella época, pero el resultado resulta forzado. Su capacidad de llevar una escena es visible, pero no se sostiene a lo largo del filme. Guillermo Pfening y -sobre todo- Mara Bestelli destacan de a ratos en las secuencias más intensas y en la tarea de reflejar el conflicto entre las obligaciones hogareñas y las familiares.
Al final la película opta por escoger, no el drama bélico sino el drama íntimo contextualizado por la guerra, enfatizando las consecuencias que tendrá en la sociedad argentina. En este sentido, estamos ante un film superficial puesto que no despierta emoción alguna, pero sin duda está bien hecho y retrata con detalle una época importante para el país.