Silencio y cicatrices
El talentoso director y guionista belga Guillaume Senez hizo su debut cinematográfico en 2015 con 9 meses (Keeper), que se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto, en donde dejó claro su estilo y brillante elección en el tipo de cine que quiere realizar. Gratamente regresa con Dónde está ella? (Nos batailles, 2018), un film que nos recuerda el poder del verdadero lenguaje cinematográfico, bello y digno de ver en estos tiempos de aburrida y taquillera cartelera.
Olivier (Romain Duris) trabaja en una fábrica y lucha por los derechos de sus compañeros. Pero de manera repentina, su esposa Laura (Lucie Debay) se va de casa sin explicación alguna, por lo que deberá conciliar la educación de los niños, la vida familiar y la actividad profesional, mientras recibe una reveladora visita de su hermana Betty (Laetitia Dosch). Frente a sus nuevas responsabilidades, lucha por encontrar un nuevo equilibrio, porque Laura no regresa.
Cuando se habla de cine en su forma más natural, este film es un ejemplo. Modestia, talento, comprensión del lenguaje cinematográfico y considerar a esta labor como a un trabajo tomado con seriedad, que no se permite subestimar al espectador, considerándolo un actor más en la historia, ya que sin su participación activa, la película no funcionaría. Si a esto se le suma un talento como Guillaume Senez nos encontramos con una bella sorpresa, una gran y simple película.
Al estilo de los hermanos Dardenne, Dónde está ella? nos relata con los elementos justos un profundo drama. Estamos ante un guionista que maneja con gran fluidez y espontaneidad el ritmo de la trama, brinda la información necesaria sin ser evidente jamás y tiene muy claro lo que quiere contar y la manera de hacerlo. Lo que llamamos "la voz del autor" que está muy presente de manera sutil.
La gran interpretación de Romain Duris conmueve junto con la del resto del elenco, que supieron conectarse con el alma de su personaje para así lograr esta brillante comunión entre la historia y su rol en ella. Utiliza la música en un momento crucial de la película, al igual que los diálogos y los silencios.
Un cine con personalidad, que no brinda respuestas fáciles, que nos expone ante la película, que nos increpa. El silencio, la no respuesta y una cicatriz, a veces, se convierten en la única herramienta de comunicación.