Propuesta que puede atraer más como ejercicio de personaje que por su narrativa en sí.
El buen desarrollo de personajes es fundamental en cualquier historia. Conocer en semejante nivel de detalle a un personaje hace posible que lo conozcas como a cualquier ser humano. Es uno de esos pequeños milagros de la narrativa, donde la cámara y la interpretación hacen palpablemente real algo que antes solo eran líneas en papel. Pero hay que asegurar que ese conocimiento profundo no afecte al ritmo narrativo como un todo. Es ahí donde se encuentra ¿Dónde Estás, Bernadette?
Preguntas y Respuestas
Podemos decir que la pregunta que da título a la película hace referencia a la resolución de la misma, donde claramente el marido e hija de la protagonista la buscan a lo largo de la Antártida (peculiar escenario de gran riqueza visual, al menos del modo en que lo rueda Linklater), porque hasta esa instancia es más un “¿Quién eres tú, Bernadette?”. Esto se debe a que una gran parte de los 110 minutos de película están dedicados a construir de cabo a rabo al personaje. Sus inseguridades, sus miedos, sus frustraciones personales y profesionales, su antisocialidad, su negación a sus propios problemas.
Lo más atractivo, temáticamente hablando, de la propuesta, es que se trata de una mujer creativa que, al no poder crear, se vuelve involuntariamente destructiva. No tanto por la profesión de arquitecta que tiene el personaje, sino de la vida que creo por fuera de esa profesión.
Si bien el espectador puede percibir que el ejercicio de personaje, al profundizar en tanto detalle, lo esté haciendo en detrimento de una narración clara, debe decirse que se aportan varios momentos de efectiva comedia, donde la protagonista se hace querer. En particular por cómo ella y su hija se enfrentan a su vecina políticamente correcta en exceso.
También es necesario señalar que el tercer acto, que da título a la película, está demasiado estirado. Si bien es donde empezamos a percibir el verdadero cambio de la protagonista, el ritmo sufre por ello.
El nivel visual parece ser de lo más común y corriente, sin muchas rimbombancias y al servicio de lo interpretativo. No obstante, cuando las escenas pasan a la Antártida, la riqueza visual se hace presente. El estado prácticamente desierto de los paisajes polares la da a la protagonista el aislamiento que siempre quiso, pero nunca creyó encontrar allí.
En materia actoral tenemos quizás al valor más potente de ¿Dónde Estás, Bernadette? Si bien entre los secundarios hay logradas interpretaciones, como un prolijo Billy Crudup en el papel del marido de la protagonista, y una efectivamente caricaturizada Kristen Wiig como su vecina, lo que va a hacer que el espectador pague entrada (y perdonarle algunos de sus tropiezos al film) es Cate Blanchett. Ella da vida con completa eficiencia e intensa humanidad a este excéntrico personaje. Atención a una escena donde le cuenta en detalle como fue el nacimiento de su hija a Laurence Fishburne (quien pudo haber sido aprovechado mejor).