El otro yo
Hay determinadas artes u oficios que inequívocamente remiten a alguna figura representativa. Y si pensamos en ventrílocuos argentinos lo primero que surge es Chasman y su inseparable muñeco Chirolita. Depende la edad, pero generaciones completas han disfrutado de algún acto televisivo de esta pareja; el humor y la moraleja final para que “lloren las viejas” como decía el mismísimo Chirolita ante la mirada reprobatoria de Chasman en alguna que otra entrevista.