Donde habita el Diablo es una película que prueba perfectamente mi teoría que Actividad paranormal, de Oren Peli, fue sólo un golpe de suerte.
Es decir, se filmó y se estrenó en el momento perfecto y eso disparó todo el fenómeno taquillero, pero no porque sea una gran película memorable del género de terror.
Si esta propuesta que llega esta semana a los cines, que es claramente superior al trabajo de Peli, se hubiera conocido en el 2007 le hubiera ocurrido lo mismo.
Este estreno no es una mala producción y tiene sus cualidades para destacar, pero le juega en contra el terrible desgaste de la temática que presenta.
Rodrigo Cortés, el director de Enterrado, fue el encargado de escribir y producir este film.
En este caso delegó la dirección en Carlen Torrens, quien debutó en la pantalla grande con este trabajo.
A diferencias de Actividad paranormal y sus clones, Donde habita el Diablo tiene actores decentes y momentos de suspenso que están muy bien elaborados.
Ya de movida el departamento que eligieron, donde transcurre la trama, es alucinante y tiene una energía espantosa y deprimente que atraviesa la pantalla.
El punto fuerte del film es la manera en que el director construye la tensión en la historia que está muy bien hecho y pese a lo trillado del argumento logra que te mantengas interesado por la resolución del conflicto.
Hay un par de “escenas de susto” que realmente están muy bien logradas y creo que van a conseguir su efecto en el público.
Lamentablemente esta producción sufre el desgaste que tiene actualmente la temática y que termina por tirar abajo la película.
Los últimos estrenos del género que llegaron a la cartelera trabajaron historias similares y es como que las posesiones demoníacas y los fenómenos paranormales terminaron por aburrir.
Esa es la gran debilidad de esta película. No está mal, pero la hicieron tarde.