Nueva comedia francesa que llega a nuestro país, y esta vez tiene que ver con los maduros, todavía en edad de merecer (?), que necesitan rehacer su vida luego de una separación amorosa importante. Se sabe, cuando uno es más grande, las cosas cuestan más. Ese parece ser el sostén de la historia que nos presenta el director Eric Levigne ("Barbacue", entre otras -se acuerdan que se estrenó en BA y para esa fecha él nos visitó?), convocando a una de las actrices más populares del género en Francia: Alexandra Lamy.
No es que ella sea una gran actriz, pero sí es dueña de una masiva cantidad de expresiones para la comedia y se prestaba como ideal para una cinta donde el protagonismo casi excluyente recae sobre el personaje principal. Hay rom coms que se fortalecen y se hacen leyenda por sus secundarios (un detalle a tener en cuenta), pero aquí, en "L’ embarras du choix", no es así. Lamy será todo el film.
Lo cual, por un lado está bien, como elección (es una intérprete dúctil para hacer un rol de despistada, insegura y a la vez, dulce), y por el otro, nos priva de un conjunto de complementos que haría la historia más interesante.
Como decíamos, la trama es la de Juliette (Lamy), que acaba de separarse después de una relación importante y no sabe cómo salir del lugar donde está. Quiere una pareja, pero se siente vieja para hacer girar otra vez la rueda, pero con la ayuda de algunas amigas, y fundamentalmente, "Tinder" (ejem!), logra ponerse de vuelta en sintonía e ir cotejando caballeros para ver con quien disfruta más su tiempo.
Una serie de accidentes graciosos hará que comience dos relaciones paralelas con dos perfiles distintos de hombre (Arnaud Ducret y Jamie Bamber) se quienes parece haberse enamorado, al mismo tiempo.
Y para hacerla más complicada, ámbos le pedirán casamiento. El mismo día. Y la boda será planificada para... el mismo día!
No puede decirse que "Dos amores en París" tenga atisbos de credibilidad alguna en su planteo. Pero como estamos en una comedia, todo es posible. En cierta manera, esta cinta tiene reminicencia de muchos films americanos en cuanto a apuntalar situaciones delirantes, y llevarlas al extremo, dentro un planteo casi absurdo para el corriente de los espectadores.
Ha funcionado y es una alternativa. El tema en "Dos amores en París" es que creo que se pierde por ahí la fuerza del relato y su contexto (que me parece muy rico para que termine siendo sólo una excusa), en pos del lucimiento personal de Lamy. Que se la pasa haciendo mohínes todo el tiempo, y eso a veces no alcanza para darle vuelo al relato.
Más allá de mis reservas, creo que si les gusta el cine europeo y quieren pasar un rato simpático, "Dos amores en París" podría terciar en tu elección.