Los códigos de la camaradería
Ágil película de acción en donde con mucho humor una pareja de agentes encubiertos deben sortear a todo tipo de organizaciones corruptas para salvar sus vidas. Narrada a través del carisma de sus actores, el relato consigue grandes picos de humor y acción que culminan en el perfecto entretenimiento. Sin embargo, la falta de un peligro tangible vuelve muy plana al historia impidiéndole desarrollar alguna emoción fuerte en el espectador.
"Dos armas letales" es una muy buena historia policial con muchos giros y vueltas de tuerca que constantemente mantienen en suspenso al espectador. Las sorpresas se van develando con gracia y precisión mientras la química entre los protagonistas prueba ser perfecta. Ambos conforman un pareja dispareja muy divertida cuyas características no solo se complementan en función de la trama sino que también despiertan risas en el espectador. Las secuencias de acción son llevadas con mucha efectividad y todos los personajes de la historia son sumamente carismáticos. Ya sean malos o buenos, todos tienen su costado fresco y atractivo que hace a la película bien entretenida.
No obstante, a medida que avanza el relato cuando los giros empiezan a agotarse y ya todos los personajes revelaron su verdadera identidad, la historia comienza a perder intensidad y los protagonistas pierden su encanto al continuamente salir indemnes de cualquier situación. En otras palabras, el desenlace de la historia carece del peligro o la tensión que hace a los clímax de las películas de acción tan excitantes como imperdibles. Asimismo, el delirio con que se llevan las últimas instancias debilita a los antagonistas y vuelve invencibles a los protagonistas. Es decir, no hay un verdadero duelo y por ende no hay emoción.
De igual manera, "Dos armas letales" demuestra ser una muy buena comedia de acción cuya gracia y adrenalina solo se encuentra aquellas excelentes películas donde su grandeza no proviene del dramatismo sino del verdadero oficio de entretener.