Dos Días, una Noche, es la más reciente película de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne. Es la pequeña historia de un simple fin de semana de Sandra (una fabulosa Marion Cotillard), quien debido a un chantaje de trabajo, ha perdido su trabajo por una votación de sus compañeros. Es así que, recién salida de un tratamiento por depresión, deberá encontrar fuerzas para visitar a todos sus compañeros en un par de días y convencerlos de que repitan la votación para que ella conserve su trabajo.
Aunque la historia es simple y se desarrolla en un par de días, hay dos ingredientes que la hacen particularmente buena: la primera, el trabajo de Marion Cotillard. No por nada ganó el oscar a mejor actriz por su papel de Edith Piaf en La Vida En Rosa. Pero no solo eso, sino que el año pasado fue totalmente ignorada por su maravilloso papel de una entrenadora acuática inválida en Rust And Bone (De Óxido y Hueso). Y este año, teniendo dos papeles maravillosos en El Sueño de Ellis (The Immigrant) y esta que reseñamos, se ha convertido en la olvidada de temporada de premios. Y la segunda cosa, es la misma simpleza del guión: no olvida nada de un mundo tan pequeño como el de Sandra. En algo que parece trivial y convertirlo en la historia perfecta para narrar un filme de apenas una hora y media, pero que al final, es como cualquier otra historia de cualquier otra persona: tan importante como uno quiera verlo. Y como poner la cámara frente a una persona que está por perder su trabajo, es un filme nada pretencioso y al mismo tiempo enteramente disfrutable.