Fracaso a la francesa
Escrita y dirigida por la dupla Nicolas Charlet y Bruno Lavaine, Dos en Uno (La personne aux deux personnes, 2008) remite inequívocamente a Hay una Chica en mi Cuerpo (All of Me, 1984) aquella comedia tan popular por los años ’80 que protagonizaran Steve Martin y Lily Tomlin. Hoy convertida en un clásico del género, la misma trataba sobre el compartir dos almas en un mismo cuerpo. Aquí la premisa es similar.
En Dos en Uno se cruzan los destinos de un excéntrico cantante lejos de sus mejores días (Alain Chabat) quien en un accidente atropella con su auto a un rutinario, ultra formal y desesperanzado empleado de oficinas (Daniel Auteuil). El infortunado transeúnte si bien sobrevivirá milagrosamente al arrolle, deberá aprender a convivir con el alma del otrora estrella cantante en su cuerpo.
Pareciera que la chispa que anticipaba el film a quienes recuerdan con nostalgia aquella joyita hollywodense de los ‘80 no se materializará en ningún momento. Un fortuito incidente que inspiraría una grata comedia no logra despegar de algún que otro pasaje meritorio, generando un resultado bastante pobre si se tiene en cuenta que su pareja protagónica son nada menos que el multitalentoso Daniel Auteuil y un probado comediante como Alain Chabat.
Apenas un par de escenas sin demasiado esmero consiguen atraer algo de atractivo a una comedia pueril que boicotea a si mismo sus contados intentos por ser genuinamente graciosa. Dos en Uno intenta ser una buddy movie bastante poco ortodoxa a la hora de presentar una autentica pareja despareja. Si bien conviven en un mismo cuerpo, la dupla no puede ser más opuesta: uno un extravagante cantante de pop que vive de su gloria pasada, otro un solteron oficinista sin demasiada suerte.
Presa de los clichés más habituales del género fantástico y con un constante recurrir a las resoluciones más habituales de este tipo de comedias, el film recurre al típico manotazo de ahogado al final para dar un giro inesperado y sorprender con un final que altera el curso de lo contado hasta entonces. Como gancho argumental, forma parte del limitado lenguaje narrativo que el film aborda. Sin brújula de orientación para llevar a buen puerto esta tambaleante historia, la dupla de directores convive con el film tan a disgusto como la pareja protagónica en un solo cuerpo.