Dos hermanos es una historia sencilla, una historia de dos hermanos totalmente diferentes que puede reconocerse en muchas otras historias. Susana (Graciela Borges) es una odiosa solterona cuyo pasatiempo es señar departamentos y casas que no hacen más que acarrearle incontables deudas. Su personalidad es totalmente quejosa, absorbente y negativa. Marcos (Antonio Gasalla) es otro solterón cuya vida baila alrededor de su madre. Es orfebre, reservado, correcto, un hijo ejemplar. Su personalidad es hiper tolerante y sumisa. Pero un día mamá Neneca fallece y estos dos seres solitarios, que como cualquier par de hermanos se odian y se aman por igual, deberán aprender que como dice el dicho "la familia no se elige, se soporta" y en ese soportarse es donde la historia, de amor después de todo, mejor funciona acompañada por un par de actores que sorprenden. Gasalla logra por fin dejar un poco de lado sus personajes tragicómicos para brindar un adulto perdido después de la muerte de su madre, pero dispuesto a seguir adelante. Con algún que otro guiño a sus tonos tan conocidos de antaño, su Marcos es un verdadero sexagenario que impulsado por su hermana a vivir en el Uruguay descubre de pronto en la vida retirada y tranquila la oportunidad de cambiar su vida, dedicarse al teatro, encontrar la estabilidad emocional. Graciela Borges se come literalmente la pantalla dándole alma a esta mujer llena de ínfulas y aires de alta alcurnia capaz de robar la correspondencia del departamento vecino para sonsacar invitaciones a eventos y alterada por los ruidos molestos que provienen de ese mismo departamento abandonado.
Los hermanos en un evento robando comida!
Burman no pierde esa meticulosa habilidad de lograr escenas y ambientes que quedan en la memoria. Esa Susana diciendo "Este velorio es un fracaso", pinta sin necesidad de grandes pretenciones dramáticas a todo el personaje. Al mismo tiempo que Marcos habla entrecortado y sin mirar a su hermana mientras las lágrimas le resbalan por la cara.Esta es una de las primeras películas que el joven director adapta de una novela, Villa Laura de Diego Dubcovsky, con colaboración en el guión de Marcelo Birmajer. Una historia en la que podrían verse unos cuantos puntos en común con esa libre adaptación de Edipo Rey que Marcos ensaya en el grupo teatral del pueblo y la que no carece de momentos graciosos, pocos pero efectivos, emotivos aunque no melodramáticos, contundentes pero lejos de los golpes bajos. Por lejos una de las mejores escenas es aquella en que desesperada por los ruidos del departamento lindante, Susana invita a Marcos a escuchar con vasos de por medio lo que pasa detrás de esas paredes para terminar jugando un juego más bien cruel donde cada uno termina echándose en cara los favoritismos y recuerdos felices e infelices de la infancia.
No, de eso no escucho nada!
Resumiendo, Dos hermanos podrá no considerarse una de las mejores y más logradas películas de Burman, como he leído por ahí aunque a mí personalmente es la que más me ha gustado hasta ahora de las que vi. Recomendable para aquellos que quieran tener un panzazo de talento actoral y para los que gusten de historias sencillas con grandes escenas.