Gran dupla en un guion de poca audacia
Reese Witherspoon y Sofía Vergara se muestran opuestas y cómplices en esta comedia de enredos donde una oficial debe custodiar a la esposa de un traficante para que dé testimonio.
En el cine desde siempre se trató de explotar la fórmula de los opuestos que se atraen, ya sea en el formato romántico, en el policial e incluso en el western, pero sin ninguna duda fue la comedia la que le sacó más provecho a la fórmula, a veces recurriendo al resto de los géneros para provocar situaciones graciosas. En ese sentido las llamadas buddy movies (películas centradas en una pareja o un grupo reducido de amigos) es un subgénero que recorrió un largo camino transitado principalmente por hombres hasta que desde hace poco tiempo, las mujeres comenzaron a ser protagonistas, como en las recientes Armadas y peligrosas, Damas en guerra y ahora, Dos locas en fuga.
La película dirigida por la inocua Anne Fletcher (La propuesta, 27 bodas, Step Up) va por lo seguro y se autoimpone explotar hasta la nausea las diferencias sociales, de formación, de origen y claro, de femineidad entre la severa agente de policía Cooper (Reese Witherspoon) y Daniella (Sofía Vergara), a quien tiene que custodiar para que de testimonio ante la justicia de una red de narcotraficantes de la que también forma parte su marido arrepentido que va a declarar a cambio de una nueva identidad.
Por supuesto, la comedia exige que las cosas salgan mal y es en ese contexto que las dos mujeres empiezan a interactuar, para comprobar casi de inmediato que son muy diferentes aunque claro, la adversidad va a acercarlas para hacerles comprender que no son tan opuestas.
Más allá de la efectividad relativa de los gags que van desde el humor físico -un punto a favor de Witherspoon que no teme al ridículo y sale bastante bien parada-, pasando por una detallada explicación sobre la menstruación y cuestiones como la edad, la falta o el exceso de sex appeal entre la caucásica vs. la bomba latina, el relato oscila entre respetar las reglas del género y a la vez, intenta algunas variantes perfilando a Cooper con características como el orden, la masculinización y cierto comportamiento inocente, mientras Daniella se muestra más centrada, es hábil para sobrevivir y su aparente frivolidad es nada más que un recurso defensivo.
Ideas viejas, torpe aggiornamiento, chispazos de las screwball comedy y si bien es cierto que el acento de la colombiana Vergara hablando en inglés ya probó ser graciosísimo en la serie Modern Family y efectivamente, Witherspoon puede reírse de si misma y es una buena comediante, queda la sensación de que se desperdició la química de una buena pareja en pantalla que podría haber dado para más si el relato hubiera sido un poco más audaz.