Un encuentro amoroso, que se de prorroga por circunstancias externas, sirve de disparador en "Dos noches hasta mañana" para romper la coraza de dos almas solitarias que se auto impiden amar.
Exhibida en el apartado "Últimas postales Nórdicas", del reciente Encuentro Cinematográfico Argentino -Europeo "Pantalla Pinamar", la película de origen Finlandés dirigida por Mikko Kuparinen y protagonizada por Marie-Josée Croze y Mikko Nousiainen, narra el encuentro casual en Vilna, capital de Lituania, entre un DJ finlandés que llego para dar un concierto y una arquitecta francesa que se encuentra en viaje de trabajo.
Dos extraños en una aventura de una noche en un país extranjero, que da un giro inesperado cuando por inconveniencias climáticas quedan varados dos días mas en dicho lugar. Y es precisamente una nube de cenizas de un volcán en erupción el inconveniente climático que también sirve de metáfora para ilustrar un encuentro que dejara secuelas en sus protagonistas, un hombre y una mujer que se atraen y se repelen recíprocamente mostrándose mutuamente sus propias debilidades.
Con ecos de Perdidos en Tokio -Sofía Coppola- y Antes del amanecer -Richard Linklater-, Dos noches hasta mañana aborda con sutileza, buen ritmo y las convincentes interpretaciones de Mikko Nousiainen y la estrella canadiense Marie-Josée Croze -Las invasiones bárbaras-, los sentimientos y verdades que florecerán del encuentro entre sus personajes sin ir, por lo demás, demasiado a fondo en la laceración de sus almas.
Si bien Dos noches hasta mañana se desvincula del cine finlandés más conocido como el de Aki Kaurismäki o Mikko Niskanen, entre postales de la ciudad en cuestión y un gran sentido de contemporaneidad, logra la atención de estos personajes que deambulando en su soledad descubren a alguien por quien pensar y tal vez amar.