Nadie podría esperar gran cosa de Dos pavos en apuros luego de las aberrantes calificaciones que recibió en Estados Unidos, su país de origen. Quizás con las expectativas al límite es la manera de esperar al film animado de Jimmy Hayward - conocido por Horton y el mundo de los Quién y la fallida Jonah Hex - una alocada aventura que tiene como objeto experimental un par de pavos que le hacen honor a su especie y llenan la pantalla con hora y media de idioteces varias que, curiosamente, disfrutarán más los adultos acompañantes que los pequeños de la familia.
¿Qué puede surgir de la combinación de un grupo de pavos y viajes en el tiempo? La respuesta está en la divertida e inesperada trama tejida durante hora y media a golpes de humor y personajes carismáticos e inquietos. Las sombras de Pollitos en Fuga - compañera de categoría de buena animación y mejor historia - se dejan ver durante varias instancias de Dos pavos en apuros, pero el potencial de la película corre por parte del desenfadado guión de Hayward y compañía, repleto de guiños a los viajes en el tiempo y chistes alguna que otra vez subidos de tono, pero enmarcarados de forma convincente para que los infantes no queden traumados de por vida con algunas bromas que rayan el humor negro.
De no se porque las voces nos llegan dobladas al castellano neutro, hubiésemos disfrutado a raudales de personalidades como las de Owen Wilson como Reggie, el protagonista, o la suavidad del Jake de Woody Harrelson, y hasta el interés romántico en la Jenny de Amy Poehler, quienes de seguro quedan mejor una vez que la imagen mental se arma en la cabeza de uno al saber este dato. La proficiencia técnica de Dos pavos en apuros funciona, es colorida y detallada, aunque su 3D apenas se sienta. La historia comienza con una potencia increíble, pero poco a poco va perdiendo fuelle y, en el final, termina resultando una interesante aventura para chicos bien pasatista.