Uno de los más grandes misterios de la crítica y la prensa especializada en cine (en este caso en Estados Unidos) es cómo se bastardeó a esta verdadera joya de la animación. Sinceramente no se entiende el humor de los norteamericanos, a veces tan buenos en ello y otras tan malos.
Es de suponer que el primer error de Dos pavos en apuros (mal título para Free birds) es el cómo se lo vende dado a que es una película que disfrutan mucho más los adultos que los chicos por su acidez y chistes con doble sentido.
Un niño no capta ni el 80 por ciento de lo que ocurre en la trama y solo se ríe cuando hay una situación física que le llama la atención.
Ahora bien otro de los errores es a nivel artístico porque si estaban haciendo ese tipo de película tendrían que haber ido hasta las últimas consecuencias y no camuflar el largometraje como una propuesta infantil para poder hacerla.
Otra cosa no menor para destacar es que si nos encontráramos con un estreno proveniente de Disney o Dreamworks, la película sería un éxito. Pero bueno, no solo no lo es sino que compite con Frozen…
Aclaradas estas cuestiones es hora de pasar a la película en sí. Su director Jimmy Hayward, quien viene del desastre que fue su adaptación del comic Jonah Hex (2010) pertenece al mundo de la animación e incluso fue el responsable de Horton en 2008.
En esta oportunidad el realizador logra mostrar su potencial y entrega una de las películas animadas más bizarras que se han llegado a la pantalla grande y con el chiste doble sentido más zarpado de la historia del cine de animación (sin spoilear, se hace mención a gusanos).
La delirante idea de que unos pavos viajen en el tiempo para cambiar la tradición del Día de Acción de Gracias no solo es magnífica sino que sienta un tono estridente de disparates que se mantiene en toda la película y que nunca baja.
Y como si esto fuera poco es muy cinéfila dado a que toma a Volver al Futuro como fuente de inspiración y homenaje para construir todo el relato.
Los personajes son espectaculares y bien individualizados para cumplir su función determinada, y la versión original cuenta con las voces de Owen Wilson (Reggie), Woody Harrelson (Jake), y Amy Poehler (Jenny).
Una buena comparación para hacer sería emparentar a este estreno con la primera Shrek (2001), por lo diferente y por el humor. Pasa que la película del ogro verde contaba con todo el aparato Dreamworks detrás, con una identidad más clara y mejor marketinizada,
Es un misterio cómo le irá a esta película en el mercado argentino, seguramente seguirá el camino del fracaso que distó su país de origen.
Aún así tiene grandes chances de convertirse en un film de nicho a lo largo de los años. Es por ello que si quieren reírse mucho y delirar en el cine, asistan a esta verdadera fiesta en el fin de semana de su estreno.