Una verdadera pavada
Poca imaginación y una notable falta de rumbo son los elementos que prevalecen a lo largo de todo el desarrollo del debut del estudio de animación Real Fx, Dos pavos en apuros, que convocó para su versión original las voces de Owen Wilson y Woody Harrelson, un plus que pocos espectadores disfrutarán en el estreno local con enorme cantidad de copias dobladas.
La premisa sin resultar una genialidad es apenas simpática y apunta al rescate del héroe colectivo, en este caso los pavos nativos de la época que conmemora el día de acción de gracia, tradición popular enteramente norteamericana que muy poco tiene que ver con la idiosincrasia de estas pampas o latitudes. Sin embargo, la penetración cultural del tío Sam fue lo suficientemente amplia como para que cualquier niño de estas tierras -o por lo pronto su padre- supiese algo sobre la celebración donde se le perdona o indulta la vida a un pavo mientras millares de estas aves son ajusticiadas para formar parte del plato principal de la mesa de los norteamericanos.
Hábito del consumismo exacerbado o sencillamente el respeto por la tradición, lo cierto es que los protagonistas de esta película, dirigida por Jimmy Hayward también guionista junto a Scott Mosier, intentarán torcer el rumbo de la historia remontándose al pasado gracias a una máquina del tiempo justo el día antes de la primera celebración en que los nativos y los colonos británicos compartieron la cena en el año 1621 donde los pavos corrieron la peor suerte.
Así las cosas, Reggie (Wilson) y Jake (Harrelson) en misión libertadora de sus congéneres tratarán de convencerlos de que la unión hace la fuerza para enfrentarse a los temibles humanos. El interés amoroso de Reggie es una hembra, Jenny, un tanto aguerrida, así como para Jake el antagonista de turno será el pavo real alfa Broadbeak.
Algunos gags visuales y referencias a la cultura pop norteamericana como guiño al público adulto no son suficientes para arrastrar al film lejos de la pendiente al vacío en la que cae desde el minuto quince en adelante y la falta de creatividad de sus realizadores no hace más que confirmarlo en un desenlace vergonzoso que por motivos obvios no revelaremos aquí.
Como producto animado para toda la familia simplemente podemos decir que si bien cumple con sus características formales, es decir la animación es prolija pero no deslumbra a nadie, defrauda en todos los otros aspectos incluidos uno de sus puntos en apariencia fuertes que debería haber sido el humor: humor de pavos.