Si uno no se concentra en que el punto de partida del largometraje es algo particular y no universal, y que se enfoca en una fecha de festejo particular de un país, “Dos Pavos en Apuros” (USA, 2013) de Jimmy Hayward (“Horton”) tiene un humor particular que la acerca más al público adulto que al infantil.
Ya desde el vamos los tres protagonistas (en su versión original), Owen Wilson, Woody Harrelson y Amy Poehler, le otorgan su particularidad a las aves que les tocó interpretar desde las voces.
La historia es sencilla, un pavo llamado Reggie (Wilson), el más despierto de toda la parvada, decide cuestionar el orden establecido de la granja en la que vive. Sabe que el dueño de la misma los está engordando para luego venderlos como el principal alimento del banquete del día de acción de gracias.
Pese a que año a año le dice a cada uno el destino que tendrán, es excluido del grupo por sus ideas “excéntricas” y un día es “indultado” por el presidente de EE.UU, en otra de las tradiciones previas al festejo, perdonarle la vida a un pavo, y lo llevar a vivir con él a la casa blanca.
Allí Reggie conocerá la TV, la pizza y la sociedad de consumo, una sociedad que en el zapping y el comer a toda hora, lo hará sentirse mucho mejor que en la granja.
Pero una noche, en la que su telenovela latina preferida (que cuenta el emporio que un excluido logra armar, y que él espera poder imitar) está en lo mejor de la acción, es secuestrado por el pavo Jake (Harrelson), para acompañarlo en una riesgosa misión, viajar al pasado para eliminar a los pavos del menú de la cena del día de acción de gracias.
Inmiscuyéndose en una máquina de viaje en el tiempo (S.T.E.V.E, curiosamente con la forma de huevo) llegan a 1621 y terminan encontrándose con una parvada, que a fuerza de intentos terminará por incluirlos como propios hasta el punto de que Jennie (Poehler) se convertirá en el amor de Reggie y por el cual renunciará (o no) a su vida en el “futuro”.
Nuevamente la historia de pertenecer a algo (el año 2013 trajo varias historias con este disparador: “Monster University”, “Caminando con dinosaurios”, “TURBO”, etc.) como disparador de acción y tópico principal para contar una historia de amistad y trabajo en equipo.
Lo interesante de la tradicional propuesta radica en que Hayward dota al trío protagónico de particularidades (el ojo que se vuelve “loco” ante alguna situación tensa, los músculos como protección frente a las inclemencias externas, la razón por encima de la mera suposición) que hacen más interesante un relato lineal y que en cuestiones de animación se plantea como simple.
Valor, coraje y el “nunca rendirse por más obstáculos que se presenten en el camino” como moraleja, hacen de “Dos pavos en apuros” una película dinámica y que hará reír más a los grandes que a los pequeños.