El bueno y el torpe
Corren los setenta, y un Russell Crowe que llegó a cierta edad muy mal mantenido se armó un negocio poco convencional. Sigue a tipos que son básicamente pedófilos para golpearlos, y cobra por eso. Uno de sus trabajos es a pedido de Amelia, una joven que tiene algunos acosadores. Sin dar más detalles, nuestro protagonista Jackson Healy se topa con el segundo protagonista, Holland March (Ryan Gosling). Pero March no es un acosador normal, sino un detective privado bastante malo a quien contrataron para buscar a la muchacha. Atando cabos sueltos, Healy y March deciden que si buscan lo mismo, entonces pueden trabajar juntos por un rato.
Esta comedia es de principio a fin un homenaje a las series de los setenta que utilizaban esta dinámica del policía torpe al que le salen bien las cosas más de casualidad que por habilidad. Si han visto “Starsky and Hutch” o “La pistola desnuda”, ese es el estilo de comedia, además del estilo visual. La ambientación es perfecta, desde los autos hasta los vestuarios y la música; nos sumergen por entero en el mundo del escándalo y el glamour con su parte oscura.
En este primer caso del dúo detectivesco, todo comienza a girar alrededor de una estrella del porno que acaba de morir en un accidente. Pero ese es sólo el principio, y cuando todos los involucrados en su última película comienzan a morir, nuestros muchachos saben que algo raro ocurre. Se destaca además el personaje de Holly, la hija de March, quien sigue a su padre en la investigación sin que él pueda evitarlo. Gracias a ella hacen la mayor parte de los avances, es la voz de la razón pero no deja de comportarse como una niña. Eso hace al personaje creíble, rompiendo el cliché del niño que actúa como adulto.
De este modo, aunque comienza como una historia típica, luego va rompiendo los clichés que nos presenta, para sorprendernos con los giros de la trama. Es una historia de risa fácil, donde el humor se genera por sentirnos identificados con lo que le pasa a estos personajes. Rompe el estereotipo de la acción y nos muestra a dos tipos comunes tratando de representar una de acción, con resultados hilarantes.
Una comedia fresca y entretenida, en especial para los amantes del género. Si tienen la edad suficiente como para haberlo disfrutado en los ’70 y ’80, este es el perfecto homenaje aunque sin repetirse. Un rescate correcto para un género que no se veía hacía tiempo.