Tenemos una nueva buddy cop movie entre manos, más irreverente y violenta, pero no falta de humor.
Hay incontables ejemplos de “buddy cop movies” y, justamente, Shane Black hizo escuela en este subgénero de la mano de los guiones de la franquicia de “Arma Mortal” (Lethal Weapon) –la madre de todos los “buddy cop movies”- o “Entre Besos y Tiros” (Kiss Kiss Bang Bang, 2005) su debut como director,entre otras cosas.
“Dos Tipos Peligrosos” (The Nice Guys, 2016) es su tercera película, una comedia criminal de súper acción, cargada de gags extremos, un poco (bastante) de violencia, momentos hiper bizarros y una pareja protagonista que resulta la verdadera novedad de esta historia.
Russell Crowe y Ryan Gosling son Jackson Healy y Holland March, un “ajustador de cuentas” independiente y un detective privado y padre soltero, que cruzan (mejor dicho, colisionan) sus caminos mientras ambos rastrean a Amelia Kuttner (Margaret Qualley), una joven hippie que podría estar involucrada en el aparente suicido de la famosa actriz porno Misty Mountains. Pero esta es apenas la punta del iceberg.
Estamos en la ciudad de Los Ángeles en 1977, un ambiente de descontrol y promiscuidad donde se cruza la pornografía, la industria automotriz y, posiblemente, una conspiración gubernamental. Muy a regañadientes, y con la ayuda de la sagaz hija de March, los hombres deberán unir fuerzas para encontrar a la joven desaparecida y aclarar este quilombo que los enfrentará a los matones más peligrosos.
La química que se establece entre Crowe y Gosling, un tipo incapaz de refrenar su violencia a flor de piel (esos que primero pegan y luego preguntan) y otro bastante cobarde pero aprovechador cuando se trata de conseguir trabajitos extra, es el punto más alto de esta historia cuyo complot está más cerca de “La Pistola Desnuda” que de una policial serio. Ahí está la clave de esta bizarreada que no escatima en sangre, violencia, humor y bastante patetismo.
Black sabe como equilibrar la acción, la comicidad y una trama llena de giros que se van ciñendo sobre los protagonistas en una espiral descontrolada, con la genial puesta en escena y una banda sonora acorde a la psicodelia de la época. El realizador se agarra de todos los clichés y los elementos propios del género para exagerarlos, redefinirlos y, quien dice, tal vez crear algo nuevo.
Healy y March son arquetipos, obvio -el tipo rudo y el cerebral-, pero lo genial de estos dos actorazos que suelen estar más relacionados al drama, es que no temen hacer el ridículo y sacar a relucir su lado más estrambótico, y por qué no sensible, cuando hay que tomarse las cosas un poquito más en serio.
“Dos Tipos Peligrosos” es puro entretenimiento, una caja de sorpresas que no cae en convencionalismos y tiene de todo para todos los gustos. Shane Black tiene algo bueno entre manos y, si todos se copan, podría lanzar su propia franquicia de acción protagonizada con esta pareja bastante dispareja que, igual, le pone toda la onda para limar asperezas e intentar resolver algún que otro crimen.