Jackson Healy (Russell Crowe) y Holland March (Ryan Gosling) son detectives privados, pero parados en veredas opuestas. El primero es bastante violento pero efectivo en su trabajo, el segundo un carismático borrachín que no duda en sacar ventaja y aprovecharse de sus clientes. Pero cuando un caso los lleva a trabajar juntos, no sólo tendrán que soportarse mutuamente y aprender a ser un equipo, también deberán enfrentarse con gente demasiado peligrosa y poderosa.
Shane Black se ganó el odio de muchísima gente luego del desastre que resulto ser Iron Man 3, pero quienes sabían del trabajo que había realizado previamente, lo perdonaron de todas formas. Y es que no se le puede negar talento a alguien que filmó Kiss Kiss Bang Bang, y que fue una de las mentes detrás de la ya mítica saga de Arma Mortal (entre otras cintas de acción de culto).
Y con Dos Tipos Peligrosos, Shane Black vuelve a mostrarse como el rey de las buddy movies. Algo que sí o sí debe funcionar en el sub género de las buddy movies, es la química entre la dupla principal. Y en este caso, tanto Ryan Gosling como Russell Crowe se lucen tanto individualmente como en pareja. No sólo el feeling que tienen los actores es palpable, y se nota al primer fotograma juntos, los personajes les calzan perfecto con el tipo de actuación que suele realizar cada uno. Además que en esta ocasión son secundados por una grata sorpresa, la pequeña actriz Angourie Rice, quien lejos de ser un lastre para la trama, resulta ser la voz de la razón en esta dupla de detectives.
Pero no sólo los personajes están bien construidos, Dos Tipos Peligrosos cuenta con algunos de los mejores gags vistos en el año, que difícilmente sean superados. Y por suerte, en esta ocasión, se los guardaron para la película, evitando mostrarlos en los trailers.
Quizás lo más flojo del film sea el guion, el caso a investigar es bastante genérico y lo vimos miles de veces; además que la película en su tramo final (en especial en el 3º acto) adolece de estirarse demasiado, quitándole bastante ritmo a un relato, que pese a su simpleza, venía siendo bastante divertido y dinámico.
La falta de un villano de peso también afecta bastante al desenlace del relato; si bien cuando aparece Matt Bommer su personaje se siente intimidante y una amenaza real para los detectives, su aparición en la película se da muy sobre el final, dejándolo únicamente como un villano que mete miedo por su presencia, pero del que no conocemos nada. En cuanto al giro de quién es el malo maloso intelectual, es bastante obvio y también carece de peso.
Dos Tipos Peligrosos es una de las películas más entretenidas en lo que va del año, y no debería asombrar a nadie si aparece en los top ten anual de varias personas. Con una dupla que desborda química, una sucesión de buenos momentos cómicos, al menos quien les habla se las recomienda mientras piensa “¿Estaremos ante el inicio de una saga?”