Fruto de una feliz coincidencia en Moscú resultó la reunión con Alexei German Junior (Mladshii, en ruso), director de Dovlatov. En la siguiente nota se han incorporado parte de las observaciones y respuestas a varias preguntas, que muy gentilmente accedió a responder el realizador.
En verdad el encuentro se produjo gracias a la intervención de Anton Dolin, uno de los más prestigiosos críticos del cine ruso, autor de varios libros incluyendo uno que contiene una extensa entrevista con Alexei German (Senior).
La ocasión fue un homenaje al progenitor, quien falleció hace cinco años cuando casi había terminado de filmar Qué difícil es ser un dios, su sexto y último largometraje. Solo faltó agregar una parte del sonido, tarea de la cual se ocupó su hijo. En la hermosa sala Oktiabr (en la avenida Arbat) se proyectó la versión completa de tres horas de duración, con la presentación por parte del hijo de una obra basada en el célebre libro homónimo de los hermanos Strugatzky (los amantes de la ciencia ficción y cinéfilos los recordarán respectivamente por las novelas Picnic extraterrestre y Stalker; esta última inspiró el film de Tarkovsky).
Sergei Dovlátov fue un célebre escritor nacido en la ex Leningrado (hoy, San Petersburgo) que tuvo problemas con el régimen soviético al ser un manifiesto disidente. Aún hoy, como señaló el director, se lo sigue leyendo mucho, inclusive entre los jóvenes rusos.
Al preguntarle cuándo empezó su interés por el escritor, indicó que ya desde chico su padre lo conocía pues vivía muy cerca, a menos de dos kilómetros de distancia. Pero fue sobre todo la hija de Dovlátov quien influyó en la decisión de filmar, aunque a ella le interesaba más que se enfocara la obra literaria paterna. Alexei Jr. prefirió pergeñar un relato biográfico, como resulta evidente de la visión de su film.
En la película se nombran numerosos escritores extranjeros como Erich Maria Remarque, Gunther Grass, Heinrich Böll, Franz Kafka y Hans Fallada, tales eran los autores preferidos de su padre y de la generación a la que pertenecía. También hay un personaje poco conocido por nuestras latitudes, que sin embargo fue premio Nobel de Literatura. Se trata de Iosif Brodsky, quien optó por el exilio. La nómina de los autores rusos mencionados incluye a Nabokov, Sholojov, Yevtushenko y Solyenitzin, entre otros.
Cuando Dovlatov se estrenó en Rusia la crítica no fue unánime y una parte objetó la imagen gris y sombría que presentaba de la ciudad de Leningrado. Pero el realizador se defendió señalando que su intención no era transmitir un mensaje antisoviético, sino más bien describir la ciudad tal cual él la conoció en su juventud.
Otra objeción fue la utilización de actores mayormente no rusos en los roles centrales, incluyendo los del propio protagonista, interpretado por el serbio Milan Maric, y su esposa Elena, a cargo de la actriz polaca Helena Sujecka. Nuevamente justificó su decisión enfatizando que pasaron por el casting mil candidatos y que se limitó a elegir los mejores, independientemente de su nacionalidad.
La rica banda sonora, en tanto, incluye la canción “Bésame mucho”, muy popular aún hoy en día en Rusia.
El film es el quinto dirigido por Alexei German Jr. (y el primero que se estrena en Argentina). Fue presentado en el último Festival de Berlín y todas las obras anteriores del director compitieron en Festivales Clase A (Venecia, Berlín) hasta el presente. Algunas de esas obras se vieron en el Festival de Mar del Plata y en el BAFICI, y ante la pregunta de si estaba enterado del estreno en Argentina respondió afirmativamente, comentando que estaría interesado en visitarnos en el futuro.
Actualmente está completando los últimos detalles de su próximo film, ambientado en el primer año de la Segunda Guerra Mundial. Afirmó que sus personajes centrales serán pilotos aéreos, aunque no será un típico film de guerra con profusión de aviones y tanques.
Nota: de Alexei German (Senior) se estrenó en nuestro país Mi amigo Iván Lapshin, que al igual que el resto de sus películas se vio en una retrospectiva de su obra en el Festival de Mar del Plata de 2014. Allí incluso se proyectó Qué difícil es ser un dios (hubo una versión anterior del alemán Peter Fleischmann, estrenada en Argentina como El poder de un dios).