En un momento en el que se habla del boom de las biopics, llega “Dovlatov” de Alexei German Jr. para desmitificar y potenciar ideas sobre la narración de hechos históricos y reales, sobre personas reales, y sobre cómo un recorte específico de hitos biográficos pueden construir aún más sentido que repasar toda la vida en imágenes de un personaje.
Qué son las biopics sino otra cosa que la puesta en escena, recreación, inspirada en la biografía autorizada, o no, de aquellos personajes que han marcado a fuego la humanidad y determinadas profesiones y actividades. El cine ha apelado en una infinidad de oportunidades a la puesta narrativa para hablar, además, de hechos que, por adyacencia, terminaban por reverberar en los personajes que se mostraban.
Aquí, la oportunidad es la de ver la dura realidad de Serguei Dovlatov, escritor que fue reivindicado después de muerto, y que no pudo ver su obra publicada por más esfuerzos que intentara.
Dovlatov fue considerado un paria por sus compatriotas y el film no hace otra cosa más que exponer, con ironía, sentido del humor y una gran precisión seis días en la vida del escritor mientras deambula por la ciudad e intenta ser aceptado por la unión de escritores.
Entonces, en esa decisión de sólo trabajar con seis días, lo que vemos es la sucesión de charlas y diálogos con los oportunos transeúntes, colegas y fortuitos vecinos, mientras intenta ordenar su vida y su trabajo. La principal virtud del film es poder plasmar con poesía y una estilización precisa y soberbia un momento en el que la complicidad, el rumor, los miedos y, principalmente, los fantasmas propios, acosaban a aquellos que miraban de otra manera un régimen que oprimía.
La fotografía de Lukasz Zal, reconocido por sus trabajos en “Ida” , “Cold War” y “Joanna”, permiten, además, que el disfrute del film sea completo, sumado a la decisión del director de filmar en CinemaScope. La reconstrucción de época, y, principalmente, del estadío de época de la pre Unión Soviética, permite adentrarnos en el universo del escritor y todo aquello que realizaba para vivir por fuera de lo que realmente le interesaba, su profesión y pasión.
En momentos en donde la cultura y los oficios son bastardeados, con infinidad de recortes y de mercantilización, precarización y deshumanización de las tareas, el film de German Jr., posee más vigencia que nunca.