¿Qué papel juegan en éste circo?. Crítica
Un filme sobrecargado, la jerarquía inglesa impresa en el reparto. Pone sus fichas en un mega montaje de época sin limitación. Entrega escenas cómicas pero ingresa por la puerta trasera. Por. Florencia Fico.
La serie televisiva “Downton Abbey” pasa a la pantalla grande con la excusa de darle la bienvenida a su imponente mansión en la campiña británica donde residen los familiares Crawleys; con grandes títulos nobiliarios además trabajadores a su servicio ambos sectores se ponen en marcha para acoger tanto al Rey y la Reina que provienen del Palacio de Buckingham.
Por dos horas Reino Unido se trasladó a la Belle Époque bajo la puntillosa dirección de Michael Engler en Dowton Abbey. En sintonía con su anterior filme “The Chaperone” sigue los rasgos que describen la escena en 1927; en éste caso se mueve a Inglaterra. Retrata el funcionamiento de la realeza sus reglas, etiqueta, poder,banquetes y el contexto social conflictivo. Como realizador teatral despliega imágenes que confrontan el protocolo. Los espectadores podrán experimentar y sentir cercanía con los personajes, su lugar, el tiempo, emociones, reflexiones y performance.
El guión de Julian Fellowes continúa ahondando en la narración situada en un periodo determinado los años 20′ ya en The young Victoria empezaba a preparar su visión sobre los mandamientos de la época las conversaciones entre los miembros en la realeza y sus sirvientes. Con gentileza aporta denuncias atemporales como la elección sexual,crisis matrimoniales, el machismo y lucha entre clases en esferas altas con negociaciones por más privilegios y las bajas donde los empleados de la residencia se ven reducidos por otros.
El encargado en musicalizar fue John Lunn escogió un estilo orquestal que conjuga bien con el tono de la película con valses de Johann Strauss II el compositor australiano que popularizó sus obras melódicas a base de piano y violín en convivieron con la danza en el filme asimismo eligió correctamente marchas con himnos típicos de la Corte.
La dirección fotográfica en manos de Ben Smithard hizo maravillas con tomas aéreas de la mansión dando un toque lujoso y en cada toma. A los utensilios de plata, los retratos pictóricos, los jardines prolijos, la cristalería destella, el tapiz en las paredes, los vestuarios tradicionales los uniformes de los vasallos y los estratos más acaudalados con tiaras, coronas, gargantillas se impone la alta costura en duques y duquesas, condes, señores feudales, etc.
Los intérpretes le dieron formato y condimento a la película Maggie Smith como la condesa Violet Crawley una viuda sarcástica aunque emotiva, su prima Lady Baghaw encarnada por Imelda Staunton expone un carácter enigmático y también su nieta Lady Mary Talbot (Michelle Dockery) un personaje entrañable.
Aunque los que se llevan todas las carcajadas son los empleados de la mansión es el ejemplo de la cocinera Mrs.Patmore(Lesley Nicol) y su asistente Mrs. Daisy Manson(Sophie McShera) un dúo para el sketch asimismo sucede con el mayordomo principal Mr. Carson(Jim Carter) un disparatado, gran parte del humor proviene de las mujeres de éste hogar. Y aparece la conspiración con intérpretes como Thomas Branson (Allen Leech) y la intriga por parte del conserje Thomas Barrow(Rob James – Collier).
El filme en general acierta en agrupar diferentes familias en un spin – off, con grandes momentos de gracia, excentricidad, opulencia y deja un entramado vincular que combina telenovela romántica a su vez dramática. Se destaca soberbiamente en plasmar una película “de época”. El factor sorpresa ante el peligro estimulará a cualquiera. Además amplía el debate sobre las revoluciones sociales; en las que los sectores bajos quieren visibilizar sus propias dudas, estigmas; y en los ámbitos más adinerados afrontar los prejuicios insertos en la aristocracia.