El Drácula europeo
La versión de Darío Argento sobre el legendario vampiro, Drácula 3D (2012), es un homenaje a las viejas producciones de la Hammer Films y hay que entenderla como tal. No hay construcción del miedo mediante recursos actuales (a pesar del uso del 3D). Todo remite conceptualmente a las producciones serie B, cuya mirada en retrospectiva sólo permite divertirse añorando tales películas.
La Hammer Films comienza su trabajo hacia 1960, con la producción europea (en Inglaterra específicamente) de los films de monstruos producidos por los estudios Universal en la década del treinta. El cambio revolucionario en estas producciones era salirse del aura ingenua de los films anteriores: La explotación de la sangre, el erotismo y los descuartizamientos sin piedad, eran los recursos que ponían a su primer film, la versión europea del conde llamada Drácula (Horror of Dracula, 1958), en otro nivel con respecto al acartonado Bela Lugosi. Dirigida por Terence Fisher y con las actuaciones de Christopher Lee y Peter Cushing, cambiarían la cara definitivamente al clásico de Bram Stocker.
La historia es la misma de siempre: Jonathan Harker llega a la mansión del conde Drácula para hacer negocios con él. Para tal fin se separa de su prometida Mina. El conde lo encierra en su castillo expandiendo un manto de terror en el pueblo cercano. Primero conquistará a Lucy, fiel amiga de Mina interpretada aquí por Asia Argento, para luego enamorarse de la prometida del joven Jonathan. El experto en cacería de vampiros Van Helsing, en la piel de Rutger Hauer, intercederá como única salvación.
Tópicos del Drácula europeo que veremos en la versión Argento: los castillos son naturales así como todo el pueblo que recrea la Edad Media, sangre en cantidades y en primer plano -también un sello Argento, padre del Giallo, género italiano de explotación- así como los desnudos con seductoras mujeres de grandes pechos (inclusive su hija a quien vuelve a desnudar en pantalla) para impostar el erotismo vampiril. Dato importante porque el Drácula de Christopher Lee era un vampiro seductor, al igual que el interpretado en esta oportunidad por Thomas Kretschmann.
Pero todos estos datos serían irrelevantes sino se hace hincapié en que Drácula 3D está filmada como una película de la década del sesenta: algunos planos remiten directamente a las películas de la Hammer Films, la trama como excusa para mostrar sangre y pechos al desnudo, la música generando un misterio que no es tal y los efectismos incluso del 3D como recurso para entretener. Cuestiones que vuelve al film berreta, trucho y a simple vista mal hecho. Ahora, si tenemos en cuenta que tales licencias son adrede con el fin de recuperar el imaginario de los films europeos de antaño, entenderemos que es un film para no tomarse muy en serio, divertirse y disfrutar nostálgicamente.