Drácula muestra su lado humano, como así también el lado oscuro, protagonizado por el británico Luke Evans (35).
Se realizaron muchas películas relacionadas con Drácula, más de ciento cincuenta y por lo general ha resultado rentable, y en esta ocasión se ve un poco más rentable ya desde su subtitulo “la historia jamás contada” el espectador al leer esto se siente intrigado y quiere saber que le van a contar de diferente.
El director Gary Shore es oriundo de Artane en el lado norte de Dublín, este es su primer largometraje, donde va mezclando el drama con el terror, lo muestra a Drácula con sentimientos, más humano, lo pone más como un superhéroe (algo similar ocurrió con “Malefica”), y no como un terrorífico vampiro. Su narración combina la verdadera historia de Vlad Tepes, el Empalador (fue príncipe de Valaquia, hoy el sur de Rumania, entre 1456 y 1462), y lo combina con la mitología de vampiros que relata los orígenes de Drácula que termina no siendo el monstruo que conocemos.
Va narrando la historia en off del joven príncipe, Vlad Dracul, hijo del príncipe dragón de Transilvania. Es padre de familia y protector de su pueblo, acá los villanos y el mal están corporizados en los turcos, estos reclaman el pago de impuestos y además el Sultán Mehmet II quiere mil jovenes para la guerra incluyendo a su hijo pequeño Ingeras (Art Parkinson, “Juego de tronos”), al negarse, todo indica que se aproxima una terrible guerra.
Vlad (Luke Evans, “Immortals”, “Furia de titanes”, “Rápido y furioso 6”), conoce a la perfección sus limitaciones, se encuentra preocupado por su familia y su pueblo, va a la montaña para encontrar una salida, allí se encuentra con la criatura del mal algo similar ocurría en el clásico “Fausto” (que hace un trato con el diablo), de esta forma adquiere fuerzas sobrenaturales, él tiene la potencia de mil hombres.
Las batallas son impresionantes, con muchos matices de fantasía fiel al estilo estadounidense, un ejército de murciélagos, él vale 1000 hombres a la hora de luchar, apoyada con: efectos digitales, secuencias de acción y buenos escenarios, el entretenimiento está asegurado en una película bien pochoclera.
Como actores secundarios: Sarah Gadon (Como Mirena, la esposa del Conde), Dominic Cooper (Mehmed, el villano), Art Parkinson (Ingeras hijo de Drácula) y Zach McGowan (es Shkelgim), le dan una vuelta de tuerca y queda abierta para una segunda parte.